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Historias mínimas

[sg_popup id="2" event="onload"][/sg_popup] Todos los lugares que visitamos están llenos de historias mínimas, esas historias que nos va presentando el camino, que no salen en los diarios , pero que vale la pena conocer porque arrancan una sonrisa o un gesto de admiración. En nuestro último viaje a la ciudad bonaerense de Tandil nos cruzamos con dos de esas historias y nos gustaría compartirlas. Ustedes seguro que conocen otras. Pueden compartirlas con nosotros y los demás lectores.

[sg_popup id="2" event="onload"][/sg_popup] "Sacarte el delantal y ponerte los tacos". Así es como define una de las 22 integrantes de la Cooperativa de Trabajo Encuentro, la variedad de actividades que realizan en sus proyectos de comercio justo, economía solidaria y turismo comunitario. Al escuchar esa frase no pude más que imaginar todo el esfuerzo, el trabajo y el amor propio que esas mujeres pusieron en un sueño que es cada vez más palpable y que poco a poco toma más vuelo. Llegamos a Villa Constitución, una localidad cercana a Rosario, gracias a la invitación de Yamile Mugsi, quien colabora con la Cooperativa con mucha pasión y amor por lo que hace. Allí nos recibió Nidia con unos ricos mates, dulce casero y torta esponjosa. La mesa bajo la sombra, la brisa fresca y el jardín eran el escenario ideal para escuchar sus historias. Historias simples, pero con lujo de detalles. Historias que te hacen retroceder en el tiempo. Historias sobre la ciudad y su gente. Historias que llevan a preguntarle: ¿sos guía turística? Y ella, franca y contundente, responde: “No, soy vieja y tengo buena memoria”.  

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[sg_popup id="2" event="onload"][/sg_popup] Alto y flaco, con un cigarrillo sin prender en la mano. Saco y sombrero. Falu entró al bar con paso firme, pero lento. Se acercó al mostrador y pidió “lo de siempre”. En cualquier bar sería un cortado. Pero en este no: le trajeron vino. “Acá no te lavés los dientes porque te tratan de trolo”, nos dijo el Coco al ver la escena. Es que el Coco es uno de los tantos habitués de El Rincón de Antonio, un bar de más de 100 años en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, donde personajes como él y Falu pasan horas charlando, jugando al truco, tomando vino, café y haciendo apuestas para las carreras de caballo. Otra cita imperdible es cada vez que hay fútbol y, últimamente, hay fútbol todos los días. Falu y su vino.