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El día que jugamos al golf por primera vez (y otras cosas)

 

“Jugamos” es una manera de decir. Mariano, nuestro instructor, puso toda la buena voluntad del mundo para enseñarnos los movimientos y golpes básicos, pero no sabía que enfrente tenía varias personas que no dominan este tipo de destrezas. El golf parece fácil, pero no lo es. Y eso que el lugar invitaba a jugar: un verde bañado por el sol de la tarde y el Río de la Plata cuidándonos. Pero ni siquiera en un lugar tan lindo pude explotar mi lado deportista.

 

 

Los primeros ejercicios consistieron en un breve precalentamiento (para que después no nos duela todo el cuerpo). Luego, pasamos a reconocer el palo de golf, las posiciones para tomarlo y los movimientos para intentar pegarle a la pelotita blanca (leyendo un poco en internet descubrí que hay muchas variedades de palos y de pelotitas. Lo de los palos lo sabía, pero lo de las pelotitas me sorprendió). Me tocó ser la primera en demostrar las habilidades con estos instrumentos, pero no tuve suerte… el palo pasaba por delante y detrás de la esfera blanca, pero nunca la tocaba. Dino se dio más maña que yo. Después de varios intentos me dolían las muñecas, así que evidentemente estaba haciendo un mal movimiento. El golf no es lo mío. Por lo menos, por ahora.

 

 

 

 

 

 

Contando pelotitas…

 

 

Demostrando habilidades golfistas.

 

 

Así quedó el césped. Saquen sus propias conclusiones.

Una vez terminada esta etapa, pasamos al green o verde, el sector de la cancha de golf donde el pasto está suave, parejo y “esponjoso”. Era muy tentador para tirarse a descansar o a leer un libro, pero teníamos que seguir con las instrucciones de Mariano: tomamos los nuevos palos y tratamos de embocar las bolas en los hoyos correspondientes.
El campo de golf del hotel tiene 18 hoyos y está diseñado en un ambiente natural, con suaves ondulaciones verdes y lagos artificiales que se transforman en un espacio ideal para disfrutar de la naturaleza y del deporte. Cualquier amante de esta disciplina estaría encantadísimo de jugar en este sitio.

Escuchando atentos las indicaciones del instructor.

 

Practicando lo aprendido.

 

 

 

 

Ustedes se preguntarán qué hacía Magia en el Camino jugando al golf en el Sheraton Colonia Golf and Spa Resort. Les contamos. Nos invitaron a participar en el blogtrip organizado por el hotel para conocer y disfrutar de las instalaciones. El golf fue una de las actividades que realizamos junto a otros bloggers de viajes y periodistas: Aniko, Jorge, Lucila, Santiago, Mario y Edgardo.

 

 

 

 

 

Nuestro cuarto. No sé por qué me hizo acordar al post: 10 habitaciones por 5 dólares o menos.

 

 

El Comedor.

 

 

Pero la parte lúdica de este blogtrip no terminaba ahí. También visitamos y utilizamos el sheratoons, (Sheraton más Cartoon Network). Fue el momento de colgar los palos y disfrutar como niños. Es una de las partes que más nos gustó de las propuestas del hotel. Es un espacio para los chicos (y no tan chicos, como se observa en la foto) donde pueden pintar, dibujar, mirar películas, jugar a la Wii, al metegol o al ping pong, entre otras actividades. Los padres se quedan tranquilos porque los chicos están jugando de manera segura y se divierten. Las personas que los cuidan también los llevan a la pileta (climatizada o no, según la época del año), les organizan búsquedas del tesoro y hasta les enseñan a cocinar mientras los papás pueden disfrutar del golf, del gimnasio y de los 1250 metros cuadrado de spa, en un ambiente tranquilo, con buena música y aromas que transmiten armonía.
Como complemento para la estadía en familia, el hotel ofrece habitaciones separadas pero conectadas entre sí por una puerta, de esta manera padres y chicos pueden mantener su intimidad y estar cerca.

 

 

 

 

El día no fue solo juegos, sino que también nos invitaron a degustar los sabores uruguayos y nos enseñaron algunos secretos. Pero eso se los contamos en el próximo post. No se lo pierdan que se viene un debate sobre el mate uruguayo y el argentino (¿son iguales?) y la leyenda sobre el origen del famoso chivito uruguayo. Además, un mini show de magia.

 

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