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Mientras vos crecés… (Carta de un mago viajero a su futuro hijo)

 

Al final nos decidimos, te buscamos y ahí estás, en la gatera y creciendo. Formándote para afrontar la vida en este mundo y que desde ya te aviso, la sinceridad ante todo, no anda muy bien que digamos. Con mamá pensamos y hablamos mucho, te diría que a diario y más de una vez, sobre tu libertad y tu felicidad. Sí, en ese orden, porque creemos que la libertad te hará feliz.

tahiel

Muchas gracias a Ariel, Maru, Silvana y Dany por el hermoso regalito para Tahiel.
Te queremos dar herramientas para que fluyas más de lo que choques. Por suerte tenemos una mirada en común en todo esto y como no te queda otra, es la que vas a mamar. Yo a veces te hablo a través de la panza y, otras, a través de la boca de mamá, porque según leí, la única voz que no escuchas distorsionada es la de mami. Las demás voces se alteran porque hasta llegar a tus orejitas atraviesan el líquido en el que estas nadando tan a gusto. Me gustaría que también me reconozcas cuando nazcas aunque entiendo que el mejor lugar en el mundo, cuando ya estés de este lado, será el pecho de mamá. ¿Te digo un secreto? ¿Algo que compartimos? Para mi también el mejor lugar en el mundo es el pecho de tu mamá. Si a mi me tranquiliza y me devuelve a la tierra, ¡cómo no lo va a hacer con vos! Por eso, ese pecho será tuyo todo lo que quieras y necesites. Es muy grande y alcanza para los dos.
Mientras mamá te lleva de acá para allá hasta diciembre, yo estoy pensando en la ventana que tenemos que cambiar y en los estantes que quiero colocar en tu habitación y mamá en el color de la pared. Es que desde ya te cuento con quienes te vas a encontrar. Somos funcionalidad y diseño, somos River y Boca, somos Dino y Aldana, somos papá y mamá. Hablando de quienes somos, hay algo que no me quería olvidar de decirte antes de que andes por acá: soy muy dormilón y te voy a agradecer mucho si vos copias eso de mi… ya arranqué pidiéndote un favor. Si es lo que te decía, este mundo no es gratis.
Con mamá tenemos planes, sueños y ganas, los teníamos cuando éramos dos y los tenemos recargados ahora que seremos tres.
Ni te conozco y ya te veo hasta en las fotos. Te veo tomando la teta, te veo gateando y luego caminando. Te veo mirándome, jugando conmigo, preguntándome, respondiéndome y haciéndome reír. Es que mi cerebro funciona así, vuela. No lo pude evitar antes y no lo puedo evitar ahora. Soy muy conciente del paso del tiempo y por eso trato de vivir el momento, aunque tantas veces no pueda, y sé que cuando me quiera acordar, ya te habré puesto la primera curita en la rodilla. Por eso, cuando me adelanto mucho, recurro casi de inmediato al pecho de mamá, ahí el tiempo se detiene y vuelve la paz, como te decía antes.
De todos los años que pasamos juntos con mamá aprendimos muchas cosas, creemos saber lo que está bien y lo que no. Tenemos ejemplos que nos gustaría seguir y ejemplos que para nada quisiéramos imitar. Pero hasta de estos últimos tomamos algo: nos sirven para saber lo que no queremos ser y hacer como padres. Intentaremos hacer nuestro propio camino. Es una aventura pero mejor así, con incertidumbre. Al fin y al cabo, como siempre digo, incertidumbre es libertad. Creemos que una de las mejores formas de crecer y aprender es viajando, por lo que ya te compré la mochilita, ¡preparate! Te esperamos de este lado para seguir viajando juntos y con mami deseamos que ames viajar tanto como lo amamos nosotros. La ansiedad por salir otra vez a la ruta se ve sólo opacada por la ansiedad que tengo por conocerte y tenerte en mis brazos.
De este lado hay un cantautor muy famoso que a mamá y a mí nos gusta mucho y que en una de sus letras dice: “Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir” y te cuento que es así, en la lotería de padres te tocan los que te tocan y por eso te adelanto con que te vas a encontrar: ¿Tenés para anotar? Serás de River gracias a mí y escucharás a los Redondos gracias a mamá. Verás magia y leerás libros, te gustará viajar e ir al teatro… bueno no te asustes, siempre serás libre de elegir y todo es negociable… menos el primer punto. Como varón e hijo mío estás genéticamente predestinado a tener una bandita roja que te cruce el alma, como a mí. Muchos domingos llegaremos juntos al monumental, yo caminando y vos sobre mis hombros. ¿Anotaste todo? Buenísimo. Si tenés por ahí un resaltador es el momento de estrenarlo sobre este último puntito, aunque mami presente su batalla.
Otra cosa: mamá está tomando mucho hierro que le recetó la doctora porque parece que a vos te hace muy bien. Desde que eso sucede, no para de tapar el inodoro y todos creemos que la causa es el famoso hierro y desde acá, desde afuera digamos, no podemos hacer nada. Ya que estás desde adentro de esta historia: ¿hay algo que puedas hacer? Te lo pido por mí y por la sopapa. Fijáte si hay algún botón que apretar, piolita de la que tirar o algo. Si en una semana no veo cambios supongo que nada pudiste hacer, no creo que a esta edad no lo quieras resolver por desgano o por huelga de cordón umbilical caído y lo entenderé.
Mamá siempre me avisa cuando siente que te movés y yo voy corriendo para poner mi mano y también sentirte. A veces llego a tiempo y a veces no. No te inhibas, nada mejor que la libertad de expresión. El otro día, había un pequeño sector en la panza de mamá, ahí medio de costadito, que estaba duro. Nos dijo la doctora que probablemente era una partecita tuya y me dio mucha alegría porque yo la toqué y la acaricié, por lo que tampoco te asustes si vuelve a suceder. Soy yo el que te hace las cosquillas.
Algo de lo que te quería advertir es que cuando salgas por la puerta de Dharma de mamá, las primeras caras que verás no seremos nosotros, serán los parteros y demás ayudantes de cocina que te darán una mano para cruzar. Te lo quería decir por eso que vi tantas veces en los dibujitos animados que los patitos cuando nacen confunden a su mamá con la primera cara que ven. Igual, estoy seguro de que vas a reconocer a mamá en cuanto la sientas, no hay como ella para lo que viene.
Sé libre. Sé feliz. Sé Tahiel*.
Te amo por siempre, vos sos mi magia. Papá.

*Tahiel es un nombre mapuche que significa «hombre libre».

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