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Nuestra querida Beijing

Beijing nos conquistó por segunda vez. No podíamos creer estar de nuevo en esta hermosa ciudad. La encontramos con algunos cambios con respecto al 2006, porque en el medio se realizaron los juegos olímpicos de 2008, así que los chinos se encargaron de modificar varias cosas de cara a la cantidad de visitantes que genera la organización de los juegos y la “vidriera” al mundo que eso significa.
Pero en lo esencial, no cambió. Sus grandes avenidas en damero, con edificios altos e iluminados durante parte de la noche y, de repente, al meterte en una calle angosta, encontrarte en el medio de los hutones (los antiguos barrios de la ciudad que rodean a la Ciudad Prohibida).

En los hutones, varias de las puertas que se ven no pertenecen a una casa, sino que por ellas se ingresa a un pasillo, muchas veces algo laberíntico, en el que van apareciendo varias casas pequeñas.

Algunas calles en los Hutones.

Algunas entradas a las casas de los Hutones.

Algunos pasillos interiores.

Igualmente, de los hutones originales queda poco… en la preparación para los juegos olímpicos también «cayeron» estos barrios, por lo tanto, varios de ellos se encuentran remodelados, protegidos y mucho más prolijos que los originales. Uno de ellos nos llamó la atención, porque se convirtió en un lugar muy “fashion” en el que podés encontrar bares y cafés occidentales, casas de ropa y objetos de diseñadores y todo tipo de objeto con la cara o el cuerpo de Mao, el Che u Obama (pero con el agregado de la o, es decir, ObaMao). Desde cajitas de fósforos, remeras y bolsas, hasta relojes, ceniceros, pad y postales.

El libro rojo de Mao se puede encontrar en todos los idiomas.

En otras manzanas de la ciudad, en vez de hutones aparecen los típicos edificios «cuadrados» de la época comunista, cuya arquitectura también llegó a Beijing.

Además, encontramos otros cambios, como cuatro líneas nuevas de metro, una de las cuales te deja casi en la puerta del nuevo Estadio Olímpico, conocido como Nido de Pájaro; un teatro moderno y vidriado al lado de la Plaza de Tiananmen y una calle comercial con las grandes marcas internacionales, en lo que era la avenida (vieja y con muchos puestos de comida) por la que llegábamos a nuestro hostel hace 4 años.
Las nuevas líneas de metro llegaron acompañadas por controles. Cada vez que ingresás al metro debés pasar todas tus pertenencias por las máquinas «que todo lo ven».

Estadio Olímpico.

Centro Acuático Nacional.

Centro Nacional para las Artes Escénicas.

La antigua avenida, hoy convertida en peatonal comercial.

Pero la gente sigue siendo super amable y siempre te quieren ayudar; la comida sigue siendo muy rica y barata en los cientos de puestitos callejeros y locales a la calle y nosotros seguimos disfrutando de estos lugares.

Llegamos hace 5 días en tren desde Datong. Nos bajamos en la estación Beijing Oeste (XI) y caminamos unas cuantas cuadras hasta el metro que nos dejó en la casa de Alessandro y Serena, una pareja de italianos del couch con los que compartimos nuestra estadía y que nos recibieron super bien. Con ellos fuimos a ver un partido de la liga nacional: Beijing vs Shangai. Ganaron los locales por 4 a 1 y les hicieron precio… nos contaron que el partido anterior había terminado 9 a 1 a favor de los de verde (los de Beijing). Después del partido, a falta de choripán o pizza, nos fuimos a comer a un restaurante mezcla de chino y árabe, que estaba riquísimo y la pasamos muy bien!

La policía local vio que Dino tenía cara de barrabrava argentino y decidió protegerlo bien…

Le pasamos por el costado a todos los lugares en los que había que pagar entrada y a los que ya habíamos ido la primera vez. Así que nos dedicamos a caminar mucho y a tratar de descubrir otros lugares que no conocíamos. Por ejemplo, llegamos a una avenida llena de restaurantes caros, con muchos farolitos rojos adornando la vereda, que nos encantó. En los últimos años, los chinos se volvieron más «paisajistas», ya que muchos sectores de la ciudad están adornados con luces y flores.

Algunas costumbres:

Siguen recogiendo la basura en estos carritos y con esas escobas, pero después la juntan en algunos más grandes. Además, utilizan otros carritos  para transportar cualquier tipo de producto.

Siguen los mercados en la calle, con comida rica y barata. Pero también hay centros comerciales imponentes y restaurantes de primer nivel (y más).
En los locales que dan a la calle y que tienen algunas mesas, se suele compartir la mesa con otras personas.

En la mayoría de las grandes avenidas, las filas para las paradas de los colectivos (que son muy modernos) están marcadas en el piso, con el número del colectivo que corresponde. Creemos que es una de las pocas filas que respetan, porque en otros lugares casi siempre están apurados y se quieren meter adelante tuyo.

La mayoría de las personas descansan sentadas en la posición que tiene la señora de la foto. En cualquier lugar podés verlos sentados así mientras esperan, hablan por teléfono, juegan a las damas o conversan.

Encontramos muchas personas jugando a las damas chinas o al Mahjon, uno de nuestros juegos preferidos en la computadora (aunque en realidad se juega muy diferente a lo que nos exige la computadora). En los hutones descubrimos muchos salones  en los que se juega al Mahjon en mesas que mezclan y preparan las partidas automáticamente. En general, en estos lugares juegan por plata.

Además, es una ciudad ideal para los que tienen problemas con el «control de esfínteres», porque pusieron baños públicos en todas partes!! Eso sí, la gran mayoría, con el agujero en el piso, pero con cloacas.

Un día nos dedicamos a visitar la zona de las grandes cadenas de hoteles internacionales donde estaba el International Medical Centre of Beijing. ¿Por qué fuimos ahí? Porque se me rompió una muela y me salió un salpullido tipo alergia en uno de los ojos. La muela ya la tengo perfecta y la alergia va en camino.  Por suerte, todo estuvo cubierto por el seguro de viaje

Para la alergia me dieron todos estos remedios.



Beijing es una ciudad que nos encanta, es para visitarla y vivirla durante varios días, pero siempre será poco porque tiene muchísimas cosas interesantes para ver y hacer. Será hasta la próxima visita…
Mañana a la noche nos vamos a Xi’an, una de las ciudades más antiguas de China y, dicen, una de las más lindas. Saludos!

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