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Relax y más relax. De Nong Khiaw a Luang Prabang

Ya habíamos dado nuestros primeros pasos en Laos cuando nos dimos cuenta de que estábamos en un país donde se respira tranquilidad. Creíamos que era una sensación nuestra, pero no. Mucha gente con la que nos fuimos cruzando en el camino nos comentaba lo mismo. No estábamos equivocados. Y así lo vivimos en Nong Khiaw y Luang Prabang.

Laos es un país para recorrer a su propio ritmo y creo que nosotros nos lo tomamos muy a pecho. Cuando uno viaja, además de lo que puede leer en las guías o en Internet, cuenta con los consejos de los demás viajeros.

Todos coincidían en que debíamos visitar Nong Khiaw ¿Para qué? Para nada… sólo para descansar, es un pueblito en medio de las montañas que hasta hace 2 años casi no tenía corriente eléctrica.

Nong Khiaw

Ok, allá vamos! Nos tomamos un bus desde Luang NamTha esperando que la promesa de que el viaje duraba 6 horas se cumpliera. Mmmm, no… El bus se rompió en medio del camino y nos pasamos a otro bus local, bastante destartalado y repleto de gente local, bolsas y demás.

Aldana logró sentarse, pero el respaldo de su asiento estaba roto con lo que no se pudo apoyar en todo el resto del trayecto y a mí, al cabo de una hora de estar sentado en el suelo, me tocó un asiento al final que era para que se siente un chico.

Viajé con las rodillas pegadas al mentón y cuando bajamos, 3 horas después, nos dolía todo el cuerpo. Llegamos a Pak Mong y desde ahí nos tuvimos que tomar un tuc tuc para recorrer los 27 km que nos separaban de Nong Khiaw.

Ya en el pueblito nos alojamos en un bungalow con balconcito y hamaca paraguaya, que nos devolvieron a la tranquilidad de Laos. Esa hamaca y yo nos veríamos las caras muchas veces en 3 días.

Un pueblo en cámara lenta

El pueblito realmente es muy lindo y todo ahí sucede en cámara lenta. Sólo nos dedicamos a caminar por los alrededores, a sacar fotos, a jugar con los chicos que nos encontrábamos en el camino y a descansar. No tiene nada en especial, lo cual lo hace muy especial.

La cantidad de chicos que viven en estas villas es enorme y son tan simpáticos! Nos reconforta enormemente cuando al pasar cerca de ellos nos cantan un “sabai diiiii”, el saludo más dulce que he escuchado alguna vez.

Viaje a Luang Prabang

Para ir de Nong Khiaw a Luang Prabang, hay 2 opciones, 3 horas de bus (supuestamente) o ir 7 horas en barco por un brazo del Mekong viendo paisajes hermosos. Magia en el camino optó por la opción 2 y decidió poner sus 2 culitos sobre tablitas de madera, en un barquito por 8 horitas.

Ambos culitos terminaron chatitos y a la postre nos enteramos que tuvimos mala suerte. La mayoría gozó de un mejor servicio y vino con mucha menos gente en barco y con tablas acolchaditas.

Comprando el ticket para el botecito.

No es «Lost», sólo tuvimos que caminar unos metros porque el río estaba muy bajito y nuestro bote, muy pesado…

Luang Prabang

La ciudad de Luang Prabang es básicamente hermosa pero no muy laosiana que digamos. Hay más turistas que locales pero era un buen lugar para pasar Noche Buena. Es patrimonio de la humanidad por la cantidad de templos budistas que tiene, aunque yo creo que también lo es por la cantidad de bares y guesthouses. Fue capital del reino de Lang Xang, por eso existe un museo para visitar el lugar donde vivió el rey.

En esta ciudad recorrimos algunos templos donde viven, estudian y rezan los muchísimos monjes que alberga esta ciudad. Para la cultura de Laos está muy bien visto para las familias que los varones budistas pasen por lo menos un año en alguno de los templos.

Ofrendas preparadas con hoja de plátano y flores.

No podía faltar el night market

La ciudad también cuenta con un “night market”, como todas estas ciudades, donde venden todo tipo de artesanías, ropa, comida, etcétera. También tiene muchos lugares para descansar mirando el río y varios circuitos para hacer en bicicleta.

El 24 a la noche cenamos en un restaurante super lindo, junto al río, acompañados de los primeros argentinos que conocimos en el viaje: 2 chicos de La Pampa, Marcos y Guillermina, y un chico de Mar del Plata, Néstor. Todos viven en Mallorca, España. También compartimos la cena con Carolina, una chilena que conocimos en Tailandia y con Merien, un chico holandés.

La cena fue de lo más agradable, charlamos horas y a las 00:07 brindamos. Se nos pasó 7 minutos porque nadie en el restaurante se levantó a brindar y la charla nos tenía completamente abstraídos.


El barcito, que se llama Utopía, de día… para que lo vean mejor.

 

Hicimos un hermoso recorrido por Nong Khiaw y Luang Prabang. Hoy, 26 de diciembre, por la noche salimos para Vientiane, capital del país. Estaremos ahí 2 días y luego volamos a Kuala Lumpur para pasar fin de año con nuestros amigos rusos viendo el espectáculo de fuegos artificiales frente a “Las Petronas”

Felicidades para todos!!! Y muchísimas gracias por los hermosos mensajes y mails que nos mandaron! Es un placer saber que están ahí y que los sentimos cerquita.

 


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