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Ger Tag

  (Otra entrada extensa... pero igual de interesante...) Nos habían dicho y habíamos leído sobre lo difícil que es viajar por tu cuenta en Mongolia (salvo los lugares más cercanos a Ulan Bator, como el Parque Terelj). Básicamente, porque no están preparados los caminos. Además, los pocos buses que hay son lentos y muchos no te acercan a todos los lugares ni otro tipo de infraestructura. Por eso, todos recomiendan contratar alguna de las miles de excursiones que te venden en los hostels o agencias. Pero nosotros nos negábamos. Por un lado, porque para nuestro presupuesto son carísimas y, por otro, porque no conocés realmente cómo vive la gente en el interior del país sino que está todo “preparado”. En la visita a uno de los templos de la capital mongola, nuestra amiga francesa Noella conoció a un señor que nos ofreció llevarnos hacia el noreste del país durante cinco días por mucha menos plata. Sabíamos que iba a ser algo sin mucha organización y que nos arriesgábamos, pero era la manera de poder conocer lo que queríamos y cómo queríamos. Ahora que estamos de vuelta podemos decir que nos salió bien y mal. La parte buena (y más interesante), es la que sigue, la mala se las contamos en la próxima (nada grave, no se asusten), el ying y el yang.