El anaranjado, comúnmente llamado naranja, es uno de mis colores favoritos. Tanto es así, que dos paredes de mi casa están pintadas de ese color y el futón (sillón) donde duermen quienes nos visitan también lleva ese tono. No sólo eso. En mi casamiento, mis zapatos eran naranjas (y casi casi me pongo un vestido naranja también). Así que, cuando me propuse viajar a través de este color me sumergí en un mundo maravilloso. No sé por qué, pero lo siento un color vivo, lleno de energía y movimiento. Me atrapa. Me gusta. Me invita a soñar. ¿Será por eso que pude viajar tanto a través de este color? ¿Vienen conmigo?
El naranja me llevó a Asia…
Una de las principales religiones en Asia es el budismo y la mayoría de los monjes budistas están vestidos de naranja. Es posible verlos en escuelas de Laos o en los conocidos templos de Angkor Watt, entre muchos otros lugares.
Pero también es uno de los colores que más prevalece en las ofrendas que vimos en India o en Tailandia y en algunas tradiciones, como en la de los cuerpos que se creman en el río Ganges, en Varanasi. Allí, los cuerpos llegan cubiertos por telas naranjas que se quitan antes de ser sumergidos en las aguas del río.
El naranja me llevó a África…
Dicen que en África pueden verse los mejores atardeceres y amaneceres. Yo creo que se pueden ver en cualquier lugar del mundo, pero en África fue donde más los vimos.
La puesta o salida del Sol tiene la particularidad de mezclar los tonos rojos, amarillos y naranjas en un mismo lugar y tiempo. Y esa combinación de tonos me encanta. Así que acá les regalo algunos atardeceres más…
El naranja me llevó a Holanda…
El naranja es el color de la casa real de Holanda (Casa de Orange) y es posible verlo en los actos oficiales, como el día de la reina, o en cualquier evento, desde musical hasta deportivo. Vivir el mundial de 2010 en Holanda significó para nosotros derribar una de las frases hechas que más detesto: decir que las personas de una nacionalidad son “frías”. Como si esa condición fuera, necesariamente, atribuible a una nacionalidad. Nunca vimos festejar y disfrutar tanto un mundial como lo vimos en Holanda. Eso sí, los relatores locales son un poco más aburridos que algunos relatores argentinos (pero solo de algunos).
Posiblemente haya muchos lugares más a donde me lleve el naranja, pero por ahora recuerdo estos.
¿Ustedes a dónde viajan con el naranja? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Por qué y a dónde viajás cada vez que lo recordás?
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Yo creo que no hay color feo…pero el naranja es el número 1, aunque pocas veces conozco a alquien que coincida:) A mi también me lleva a Asia, o mejor dicho lo llevo yo a todas partes.