Camino de San Francisco por la vía Amerina: Vasanello, Faleria y Calcata

Dicen que todos los caminos tienen su magia y pudimos comprobarlo en este cuarto día de caminata por la vía Amerina. Seguimos rodeados de una hermosa naturaleza, almorzamos bajo la sombra de los árboles en una reserva natural y conocimos un pequeño pueblo medieval repleto de maravillosos detalles.

El día comenzó con el traslado a Vasanello, una pequeña localidad de la región de Lazio. Allí visitamos sus calles estrechas, llenas de escaleras y macetas con flores y plantas (ya les dije que me encantan, no?), conocimos la Iglesia de San Salvatore, la calle de las cerámicas (donde se pueden visitar talleres y exposiciones) y el museo más pequeño del país con herramientas de trabajo para la cerámica y otros materiales.

Desde Vasanello iniciamos el camino hacia Corchiano, de unos 15 km aproximadamente. Esta vía que ven en la siguiente fotografía y atraviesa la ciudad forma parte de la antigua vía Amerina, es decir, del camino romano del siglo II a.C. Uno muchas veces camina, va, viene y no se detiene a pensar realmente por dónde está pisando. Muchas veces el apuro o la avidez por conocer lo que está a la vista hace que perdamos la dimensión de lo que estamos conociendo. Esta vía no es solo lo que ven la foto. ¿Se imaginan a quienes la atravesaron hace más de 2000 años?

A medida que avanzábamos por este camino fuimos dejando atrás las construcciones y volvimos a disfrutar del verde que la naturaleza tenía para regalarnos ese día. La caminata fue la más difícil de todo el camino porque había algunas pendientes pronunciadas, pero estuvo divertido y siempre nos ayudaron con Tahiel. El primer objetivo del día fue llegar al Monumento Natural Pian Sant´ Angelo, para disfrutar de un almuerzo liviano bajo la sombra de los árboles. Esta reserva ocupa 240 hectáreas y combina bosques y praderas con historia, ya que allí se hallaron restos arqueológicos de los faliscos, un antiguo pueblo itálico que habitó la zona de la actual ciudad de Falerii y sus alrededores.

El camino continuó por un sendero arbolado en el que nos cruzamos con iglesias, tumbas y puentes romanos hasta llegar a la ciudad de Faleria. Otra linda ciudad italiana en la que te dan ganas de sentarte en todos los cafés y escaleras, y mirar a través de todas las ventanas.

El final del día tendría su recompensa. Desde Faleria fuimos en bus (claro que también se puede hacer a pie y  el camino está señalizado) hasta Calcata. El casco antiguo de Calcata es muy pequeño, pero encantador. Se ubica sobre un peñasco y si lo viéramos desde el aire veríamos techos de tejas marrones de distinto tamaño formando una especie de laberinto con sus callejuelas. Es de esos lugares  con bares y restaurantes decorados con hermosos detalles, negocios con venta de objetos de diseño, vistas increíbles de los alrededores y hasta un teatro diminuto donde todas las semanas estrenan una obra. ¡Bienvenidos a Calcata!

Después de recorrer estas tentadoras callecitas, nos recibieron con una mesa repleta de cosas ricas características de la región, que les contaremos mejor en otro post. Solo decirles que si hacen el camino van a tener muchos platos riquísimos para recuperar energía!
Se estaba terminando otro día de caminata por la vía Amerina, otro día de disfrutar de la naturaleza y la buena compañía. Otro día de comprobar que una de las mejores cosas que podemos hacer es viajar.

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