Gulliver’s Gate, ciudades en miniatura

Cada vez que mi papá y mi mamá me dicen «vamos a ir a un lugar que te va a gustar», yo confío ciegamente en su propuesta. Así que cuando me dijeron que íbamos a Gulliver’s Gate y que iba a ver un montón de ciudades en miniatura supuse que me iba a encantar. ¡Y no me equivoqué!
Gulliver’s Gate nos abre la posibilidad de conocer algunos de los rincones más emblemáticos de más de 25 ciudades alrededor del mundo. Una colección de maquetas interactivas para que miremos con mucho detenimiento y dejemos que nuestra imaginación trabaje sola.

Como siempre, entré corriendo al lugar que me sorprendió con sus luces, porque en cada gran maqueta las luces cambian según el día y la noche, entonces, podemos ver cada ciudad o paisaje como se ve en esos dos momento del día. Me encantó eso. Pero lo que más me gustó fue que yo mismo podía poner en funcionamiento las maquetas: solo tenía que esperar la luz azul para insertar la llave que nos habían dado en la entrada y ¡listo! De repente, los trenes comenzaban a funcionar y atravesaban túneles y puentes; la música empezaba a salir de los parlantes en un recital de los Beatles o de la batucada en el Carnaval de Río; el trineo de papá noel aparecía delante de las auroras boreales y un camión de bomberos llegaba a la zona de un incendio. Parecía que las maquetas tomaban vida y eso me encantó.

Algunas de Nueva York… 

 

Entre las ciudades y monumentos que aparecen los que más me llamaron la atención fueron:
– la Ciudad Prohibida, en China, porque reconocí algunas imágenes que vi en el barrio chino;
– el Canal de Panamá, que mi papá me explicó cómo funcionaba y estoy muy entusiasmado con verlo en vivo y en directo;
– la ciudad de Río de Janeiro, porque reconocí al «señor de los brazos abiertos» y me puse a bailar cuando sonaba la música del carnaval;
– las ciudades asiáticas que mi mamá me contó que visitaron hace muchos años (y me prometió que algún día vamos a ir juntos).
– el aeropuerto, ¡donde se puede ver cómo despegan los aviones!

 

 

 

A mis papás les sorprendió que estuviera Buenos Aires entre las ciudades (aunque, pensándolo bien, es una de las ciudades más importantes de Sudamérica), pero lo que más les llamó la atención es que en el puente de La Boca había una manifestación y policías que estaban cortando o «custodiando» esa acción. Me explicaron que en Buenos Aires son muy comunes las manifestaciones y los cortes de calle, que son casi cotidianos y que, evidentemente, a quienes estuvieron encargados de diseñar la ciudad eso les llamó la atención y lo vieron como algo característico.

 

 

Además de jugar con la llave para que entren en funcionamiento las maquetas, me encantó buscar detalles con mi papá. Les recomiendo esa actividad porque es impresionante la cantidad de situaciones que pueden encontrar: desde accidentes e incendios, hasta bailes en la calle y artistas pintando un mural. Solo es cuestión de caminar despacio alrededor de cada maqueta (cosa que, debo reconocer, me costó un poco) y mirar los detalles. ¡Se van a sorprender! No les cuento más así lo descubren ustedes.

Información práctica

Gulliver’s Gate está abierto todos los días de 11 de la mañana a 8 de la noche.

Se puede entrar hasta una hora antes del cierre.

Se ubica en 216 W 44th Street, New York (pleno Time Square).

Pueden conocer mucho más y ver algunos videos en Gulliver’s Gate.

 

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