Los Reartes, en el Valle de Calamuchita
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–¿A qué hora abre la pulpería? –le preguntamos a un grupo de amigos que toman unas bebidas en la esquina de la calle principal de Los Reartes.
–A las cinco. –nos dice el que parece más cuerdo de todos.
–¡Ah! Falta poco, podemos esperar. –les responde Dino dispuesto a estacionar el auto bajo un árbol para protegernos del sol.
–Esto es un pueblo… quien dice a las cinco, dice cinco y media o seis… Acá de estrés no nos morimos. –comenta Alberto con voz suave y se presenta al estilo cordobés
–Mucho gusto, Alberto Moreno, ni rubio ni negro, moreno, para servirle. Soy un acuarelista de la zona y ando tomando algo con unos amigos. Bienvenidos.
Con el chiste cordobés en la boca y una sonrisa que dejaba ver sus pocos dientes, Alberto nos contó que estaba participando en un concurso organizado por la municipalidad en el que varios artistas debían elegir un lugar de Los Reartes y pintarlo. Él iba a participar de la movida cultural al otro día y nos invitaba a visitarlo. Aceptamos la invitación y decidimos esperar unos minutos para ver si podíamos visitar la famosa pulpería, pero al ver que la puerta marrón nunca se abría nos fuimos a disfrutar de la tarde en el río.
Alberto y sus amigos ocasionales.
El río Los Reartes nace en las Sierras Grandes y recorre parte de la provincia de Córdoba. En su paso por el pueblo del mismo nombre se formó un balneario natural donde cada año se juntan más familias y amigos a disfrutar de su belleza natural.
Recuerdo que cuando era chica, en una de nuestras vacaciones en el Valle de Calamuchita, visitamos el pueblo Los Reartes y mi primera impresión fue que estaba en un pueblo fantasma. No había nada y se encontraba muy deteriorado ante mis ojos de 10 años. Cuando lo visitamos en esta oportunidad seguía pareciendo un pueblo fantasma, pero más cuidado. Hace unos años, la municipalidad puso en valor las dos cuadras que ocupa el centro, refaccionó la iglesia, colocó carteles indicativos y promocionó la pulpería Don Segundo Sombra como uno de los atractivos de la zona. Además, los alrededores del pueblo crecieron mucho, se construyeron varios complejos de cabañas para alquilar durante las vacaciones y se instalaron algunos comercios sobre la ruta.
En los últimos años, además de casas y cabañas se construyeron chiringuitos para poder comer algo al paso y tomar una cerveza mientras los rayos de sol bañan con ese hermoso color anaranjado las aguas del río..
Calle principal, refaccionada.
Restaurantes sobre la calle principal.
Casas antiguas, sobre la calle principal.
A pesar de estos lugares, la mayor atracción del lugar es su río.
A veces pienso que cuando tenemos hijos comienza a cerrarse un círculo imaginario. Por alguna extraña razón nos gusta llevar a nuestros hijos a los mismos lugares donde fuimos nosotros de pequeños y queremos que hagan las mismas actividades que nosotros disfrutábamos mucho hacer a su edad. Se repiten los escenarios, se repiten las actividades, pero nosotros estamos en otro rol. Ya no somos quienes chapoteábamos en las aguas bajas del río, o quienes juntábamos piedritas o mica en un balde de plástico totalmente despreocupados por lo que nos rodeaba. Ahora somos los adultos, «los responsables», los que incentivamos a otro pequeño ser a que disfrute de lo mismo que disfrutábamos nosotros. No sabemos si Tahiel lo hizo o no, pero su sonrisa parecía significar un hermoso sí.
Pasar una tarde con Tahiel en el río fue como cumplir con un rito familiar. Pasar las vacaciones en el valle de calamuchita fue parte de mi infancia. Ver a Tahiel disfrutando de los paisajes serranos, del verde y del agua cristalina me remontó a ese momento de mi vida y me sentí feliz.
Su primera vez en un río… tenía que ser en Córdoba.
Al otro día, volvimos a visitar a Alberto. Lo encontramos de sobremesa y pintando su cuadro para el concurso. Conversamos y quiso hacerse amigo de Tahiel, pero solo logró una sonrisa, nada de brazos.
Ese día la pulpería abrió temprano. La visitamos unos minutos pero nos disilusionó bastante… no encontramos el ambiente que pensábamos encontrar y ni siquiera percibimos antigüedades que nos permitieran remontarnos a otras épocas.
La tarde junto al río, con mate, muffins caseros hechos por Raquel, vientito fresco y sol, fue uno de los momentos más lindos de este viaje a Córdoba. Si andan por la zona, no dejen de pasar una tarde en Los Reartes.
Información útil.
La ciudad más cercana es Villa General Belgrano (la van a encontrar en muchos sitios con esta abreviación: vgb). Desde allí es posible tomarse un bus local que recorra los 7 kilómetros que separan ambas localidades. Las compañías de buses son Pájaro Blanco, Lep y Sierras de Calamuchita y Tus.
A unas 12 cuadras del centro, siguiendo la ruta, se llega a un complejo de negocios en el que se destaca una panadería. Ahí pueden comprar facturas, pizzas y empanadas a muy buen precio y de muy buena calidad.
Pueden leer más información sobre qué hacer y ver en el Valle de Calamuchita en nuestra guía.
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Eduardo
muy buiena la nota, nosotros vamos por primera vez en febrero 2024. Esperamos encontrar tranquilidad y naturaleza, como vamos en autos , iremos a dar una vuelta por Gral Belgrano y la cumbrecita. Saludos
Aldana Chiodi
Hola!
Genial! Es un gran lugar para recorrer en auto. Que lo disfruten!
Melina
Buen día! Estoy en Villa General Belgrano, buscando qué hacer un día de lluvia yme tope con tu blog. Me identifico con lo que contas de tu infancia, la mía fue igual.. visitando éstos pueblos.. Me arrancaste unas lágrimas, no veo la hora de tener un bebé para cerrar mi círculo imaginario y traerlo acá, donde fui tan feliz de chica.
Te agradezco toda la información, además!! Gracias!!!!
Aldana Chiodi
Qué lindo mensaje, Melina!
Muchas gracias!! Seguramente vas a poder ir con tu bebé a esos lugares! Que lo disfrutes mucho!
Besos
Aldana
Patricia
Estoy en calamuchita y buscando cosas para hacer hoy me tope con este post… que linda casualidad … ayer me la pase a flor de piel viendo a mis hijos jugar en la cascada de Villa Amancay y recorriendo Amboy donde en cada rincon habia un recuerdo de mi infancia… es asi, ahora estamos en otro roll… pero volviendo a ser niños una y mil veces con ellos.
Aldana Chiodi
Hola Patricia!
Qué lindo!! Nosotros no fuimos a Amboy, pero está anotado para la próxima! El valle de calamuchita es lindo por donde lo mires! Y qué bueno que recordaste la infancia como nosotros!
Bienvenida a Magia en el Camino y a nuestra nueva etapa de viajar con chicos!
Besos
Aldana
Ivan
Que buen regreso a las letras, en verano del 2013 con Gisela ( mi novia) cruzamos el rió, camino a Villa General Belgrano, la próxima tendremos que hacer un desvió y entrar al pueblo.
Y en las fotos se ve el disfrute de Tahiel, en mas de una se ríe!
Un beso
CheToba
Super fotogenico Los Reartes, como dicen algunos es un pueblo de primera, porque si lo pasás en segunda o tercera puede que ni lo veas desde la ruta. La mejor época es la que fueron, el río para uds sólos, en Enero la gente parece los animales en el Serengueti, todos unos arriba de otros en un charco de agua durante la época de seguía con 38 grados a la sombra. Que lindo ver al enano disfrutando. Che no pasaron por Villa María? ja ja ja ja ja. Abrazo, nos vemos. Lindas fotos Aldana te felicito, me encantó la de los sifones
Aldana Chiodi
jajaja Sí! en verano hay mucha más gente, pero como casi en todos los lugares de veraneo!
Pasamos por Villa María, pero no pudimos conocerla! Eso sí, estuvimos con una hermosa familia y la pasamos muy bien!
Gracias por lo de las fotos!
Beso!!