Paseos por la Reserva Ecológica en bicicleta (¡y con chicos!)

Creo que mi papá me lo quería comprar desde antes de nacer. No sé si fue por su amor a la cultura holandesa de las bicicletas, pero hace más de dos años que soñaba con tener un asiento para chicos en la suya. Hace unos días pudo cumplir su sueño y había que estrenarlo. Entonces buscamos un lugar ideal para pasear con niños en bicicleta en la Ciudad de Buenos Aires y encontramos uno: la Reserva Ecológica de Costanera Sur.

 

Un poco de historia de la Reserva Ecológica Costanera Sur

Les voy a confesar que al principio no fui muy cómodo. Es que el casco me molestaba un poco y el cinturón, sobre la campera, me quedaba un poco apretado. Pero después de unas vueltas en bicicleta por la Reserva Ecológica me fui acomodando y estuve mejor. Mientras íbamos en el tren a Retiro (¡no se piensen que llegamos a la Reserva en bicicleta!) mi mamá me contó que en el lugar donde se encuentra la reserva había agua y las personas se bañaban en el río. Pasaban el día allí y después muchos se iban a tomar un trago a la cervecería La Munich, que estaba ahí cerquita (donde hoy funciona el Museo del Humor). Yo no lo podía creer y mi mamá seguía con la historia. Hacia fines de la década 1970 se tiraron en la zona muchos escombros con el objetivo de «ganarle» tierras al río y construir allí una nueva sede administrativa del gobierno. El proyecto se abandonó, pero se continuaron tirando escombros hasta mediados de la década de 1980. En esos años, y de manera espontánea, fueron creciendo diferentes comunidades vegetales. En esas comunidades, algunas especies de animales, que llegaron con las inundaciones y los camalotes que «bajaban» desde el río, fueron encontrando refugio y se asentaron en la zona.
En la actualidad, la Reserva Ecológica de Buenos Aires es la primera Área Protegida de la Ciudad, con más de 350 hectáreas, tiene terraplenes y senderos para caminar y andar en bicicleta, espacios para hacer picnic, descansar y observar el río. Además, los amantes de fotografiar la naturaleza pueden ejercitar la paciencia en este lugar.

Qué hacer afuera de la Reserva Ecológica

Nosotros llegamos casi al mediodía. Estaba nublado, pero por suerte las nubes se portaron bien y dejaron que viéramos al sol. Como teníamos hambre, decidimos hacer una especie de picnic sobre la costanera sur, antes de entrar, pero los que lleguen más temprano (o aguanten las ganas de comer), pueden hacerlo adentro de la reserva. En la Costanera hay varios puestos de comida rápida con mesas y sillas, dos puestos para alquilar bicicletas y el Paseo de la Gloria. El Paseo de la Gloria está formado por una serie de estatuas en homenaje a varios deportistas argentinos. Pueden recorrerlo, leer los carteles, contarle a los niños como yo quién es quién (porque a la mayoría no los conocemos) y sacarse fotos de recuerdo.
También, antes de entrar, pueden mirar la frondosidad del verde desde el paseo costero. Un amigo de mi papá decidió quedarse en el Museo del Humor, nosotros nos sumamos después.

Vista de la costanera, de algunos puestos y de dos estatuas del Paseo de la Gloria, la de Hugo Porta y Luciana Aymar.

 

 

Yo comiendo un sándwich.

 

Cómo entrar a la Reserva Ecológica Costanera Sur

Hay dos entradas para ingresar a la Reserva Ecológica. Una frente a la estatua de Lola Mora y otra al final de la calle Viamonte. Nosotros nos encontramos con mi tío y la novia en la entrada de Lola Mora, recorrimos la reserva y salimos por Viamonte.

Entrada por el monumento de Lola Mora.

 

Entrada por el final de la calle Viamonte, más cerca de Retiro.

 

Cómo recorrer la Reserva Ecológica

La Reserva Ecológica está dividida en tres zonas, cada una con vegetación y características propias. Por un lado están las lagunas, que son cuatro: la de los Coipos, la de los Macaes, la de las Gaviotas y la de los Patos. Las lagunas no son muy profundas ni tienen un contornos muy bien definido, pero en sus orillas van a encontrar muchas totoras y juncos. Entre los animales de las lagunas hay peces, anfibios y reptiles, algunos mamíferos, como los copos y aves, como las garzas y cisnes de cuello negro. ¡Nosotros no vimos a ninguno!
Por otro lado están las zonas de pastizal, el bioma que más extiende por la Reserva Ecológica, donde predominan las cortaderas y viven roedores como el cuis.
Por último están las zonas de bosques, con árboles medianos como los sauces y los alisios. También hay ceibos.
En los senderos hay varios carteles que indican el ambiente en el que nos encontramos, las especies de ese lugar y las actividades que podemos realizar. Además, hay unos carteles en los que se puede escanear un código QR con el celular y escuchar un recorrido autoguiado.

 

 

 

Nosotros no lo hicimos, pero es un lugar ideal para el avistaje de aves. Algunos fanáticos de la observación de aves hicieron una web donde muestra los registros que vean tomando de cada ave. Además, se preocupan por su conservación (más abajo les dejo el dato).
Después de pedalear unos cuantos minutos vimos el río. Fue uno de los momentos que más disfruté en el paseo en bicicleta por la Reserva Ecológica. Yo quería tirar piedras, pero a mis papás esa actividad no les gusta mucho. Mi mamá decía que era un lugar ideal para venir con el mate y un buen libro, sobre todo cuando vio unos bancos frente al río que tenían espacio para recostarse.

 

 

 

 

 

Después de andar y caminar decidimos descansar un rato. En realidad, ellos descansaron, porque yo me fui a jugar a la pelota y a correr. Es que el espacio era ideal para eso. No entiendo como a los adultos les gusta tirarse a descansar en vez de correr… imagino que ya lo voy a entender.

 

 

 

 

A medida que el día se iba poniendo más lindo, iban llegando más personas. Muchas estaban con las bicicletas, pero muchas otras solo llegaron para caminar o descansar. Pensar que está tan cerca del microcentro, del tránsito y de los edificios altos y es un espacio donde reina la tranquilidad. Por eso, es ideal para hacerse una escapada solo, en pareja, en grupo de amigos o con la familia.

 

 

Ideas si van con niños (como yo)

• Una buena idea, de sus hijos son curiosos, es que antes de ir les muestren algunas imágenes de las plantas y animales que van a encontrar para ver si los identifican. Pueden imprimir esos dibujos, pegarlos en un cuaderno y jugar a ver si los encuentran mientras pasean por la Reserva.
• Otra opción, sobre todo si son más grandes, es que escuchen los recorridos guiados y, después, dibujen lo que más les interesó de lo que escucharon.
• También pueden recoger algunas hojas secas o plantas que encuentren y armar un collage del lugar más lindo que hayan visto. A mí el que más me gustó fue el lugar donde nos tiramos a «descansar».

 

Si el próximo fin de semana no saben dónde ir o qué hacer con niños en Buenos Aires, tengan en cuenta esta opción de visitar la Reserv Ecológica Costanera Sur en bicicleta. Y si andan de visita por la ciudad, también.

 

Información práctica

• Los lunes y los días de lluvia está cerrado.
• Los días después de un día de lluvia no se permite entrar con bicicleta.
• Abierto de martes a domingo de 8 a 18 (de abril a octubre) y de 8 a 19 (de noviembre a marzo).
• No se puede ingresar con auto ni moto.
• No se puede ingresar con animales.
• Los menores de 16 años deben ingresar con un mayor.
• En las dos entradas (por Viamonte y por el monumento de Lola Mora) hay puestos de información. Ahí pueden pedir un mapa.
• En el interior de la Reserva no se vende nada.
• Para alquilar bicicletas, los fines de semana hay dos puestos sobre la costanera sur, muy cerca de los puestos de comida.
• La página del avistaje de aves es www.reservacostanera.com.ar

 

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