Habemus Bici (nuestro encuentro con las bicis en Holanda)

Dime en qué te mueves y te diré dónde vives… así fue nuestro encuentro con las bicis en Holanda.

Muchas veces escuchamos hablar de bicisendas y de ciudades preparadas para que la bicicleta sea un medio de transporte más, y no simplemente una actividad de paseo. Pero nunca nos imaginamos lo que es realmente una ciudad preparada para las bicicletas. Ni siquiera cuando uno la recorre a pie es capaz de comprender su alcance. Sólo cuando uno se sube a una bicicleta y comienza a utilizarla como medio de transporte es cuando se toma la real dimensión de su potencialidad.

Holanda es el país con más bicicletas per cápita del mundo, al igual que el país con el mercado negro más grande al respecto. Para lograr semejante movimiento es claro que la infraestructura debe acompañar. Y si hay un lugar donde acompaña, es acá, en Holanda. Existen puentes y túneles exclusivos para bicis y con iluminación nocturna, hay carteles, semáforos y estacionamientos, entre otra infraestructura.

Semáforo para bicis.

Puente (con luces) sobre la autopista, exclusivo para bicicletas.

Puente sobre un canal, exclusivo para bicicletas.

Las bicis en Holanda tienen prioridad de paso incluso frente a los peatones. Existen distintos tipos de bicisendas, algunas están preparadas para circular en la ciudad y tienen, por ejemplo, señales de mano y contramano, semáforos y otros carteles indicativos.

Cartel de contramano, excepto para las bicicletas.

También hay otras bicisendas para unir ciudades con señalización propia. Esto fue de lo que más nos sorprendió de las bicis en Holanda. Las que salen de La Haya, por ejemplo, están indicadas con carteles blancos con letras rojas, en los que no sólo se indica la ciudad o el pueblo al que se dirige sino también, en varios casos, los kilómetros que te faltan. Muchas de estas bicisendas van paralelas o cercanas a las autopistas, pero atraviesan barrios muy lindos, tranquilos y con mucho verde. También hay circuitos para hacer en bici en Holanda y recorrer las zonas rurales.

Cartel blanco con letras rojas que indica el camino hacia otras localidades. En este caso, íbamos hacia Gouda (pero no llegamos… eran más kilómetros de los esperados).

Bicisenda en los parques de la ciudad.

Bicisenda cercana a la autopista.

Semejante infraestructura y modernidad hizo que las bicicletas se vayan amoldando a las necesidades de las personas y que muchos las personalicen con colores, flores, bandoleras, calcomanías, carros para llevar a los chicos, etcétera.

Es menester estar muy atento cuando se circula en bicicleta en estas ciudades ya que no se está paseando, se está yendo de un lugar a otro con la premura del caso. Por eso hay mucho tránsito, horas pico y no es tan sencillo adaptarse a su ritmo. Van rápido, te pasan sin tocarte la campanilla y si venís dormido puede que te sorprendas y te caigas. Existe un seguro por si tenés un problema con un tercero o con bienes de terceros mientras andás en bicicleta.
Casi todas las bicis vienen de fábrica con una especie de herradura, que sirve de traba para que no te la puedan robar. También la gente compra cadenas para atarlas a los infinitos estacionamientos que hay en las ciudades. Si uno la estaciona mal (o sea en lugares donde está prohibido, como el frente de algunas casas), pasa “la grúa”: una camioneta que las levanta y las lleva a un depósito. La multa para retirarla es de 13 euros y existe un sitio en Internet (está obviamente en holandés) donde publican la foto de las bicis levantadas. Claro que siendo tantas, los modelos y colores se repiten y es ahí donde se vuelve fundamental el candado del que comenté antes. Hay que tener la llave que abre el candado, sino, no te la llevás.

¿Qué te pareció el mundo bici en Holanda? A nosotros nos sorprendió mucho. Después, con los años, conoceríamos otros lugares, como Copenhague, donde también las bicis son prioridad.