Mi gran casamiento holandés

Ana y Taco, nuestros amigos de Holanda, se casaron hace más de 15 días, pero a pedido de muchos lectores, les contamos algunas de las costumbres que se hacen en un casamiento holandés. Es un poco largo, pero esperamos que lo disfruten!

Una de las principales diferencias con los casamientos a los que estamos acostumbrados en Argentina es que en Holanda existe lo que se llaman “maestros de ceremonias”. En general, suelen ser dos amigos de la pareja que organizan gran parte del evento como la decoración, algunas sorpresas y algunos regalos. Para ciertas cosas consultan con los novios, pero para otras no.

Por eso, un mes antes del casamiento, los invitados recibimos un mail donde nos explicaban qué iban a hacer en la fiesta y nos pedían nuestra contribución en algunas de sus ideas. Por ejemplo, que colaboremos con algunas fotos para armar un video, con banderas argentinas para decorar el salón y con una lista de sugerencias sobre viajes para recomendarles a los novios en una “Personal Travel Guide”.

Unas semanas antes de la gran boda, la novia (o sea, Ana), nos había advertido sobre algunos temas, que pasamos a contarles.

– Está prohibido tirar arroz, pétalos de rosa, o alguna otra cosa a la salida de la municipalidad. Por eso, pidió que nos abstengamos de semejante idea, porque sino iban a tener que pagar una multa nada barata. Para reemplazar esos elementos, los holandeses recurren a los globos blancos o a las burbujas de jabón (no los vimos en este casamiento, pero sí en otros).

– Hay que llevar paraguas, ya que estamos en Holanda, y las probabilidades de lluvia y frío son muy altas. No sabemos si hubo un arreglo especial con “alguien”, si bailaron una danza o hicieron algún pacto extraño, pero esos días el Sol se mostró con todo su esplendor. Algo, al parecer, muy poco común en este país.

– Los maestros de ceremonia le pidieron a Ana que “los latinos” demostremos nuestras habilidades en la pista. Tratamos de hacer todo lo posible… y creemos que lo logramos porque muchos holandeses permanecieron en la pista de baile más tiempo de lo habitual. Uno preguntó desde qué edad los argentinos acudimos a clases de danza… (no vieron bien cómo bailó Dino…).
En Holanda es costumbre que la pareja haga un baile de apertura (los chicos bailaron un tango que, cuentan, les costó muchas clases de práctica) y luego, empieza el baile general.

LLegó el día del casamiento holandés

El día del casamiento se cumplió al pie de la letra el cronograma que Ana nos había mandado por mail. Se los reproducimos a continuación:

14:45 Entrada a la Municipalidad en el Grote Markt de Haarlem.
15:00 Empieza la ceremonia.
15:45 Termina la ceremonia.
15:45 Si es lindo día creo que hacemos una foto grupal en la puerta de la municipalidad. Si llueve, no.
16:00-16:10 Caminamos en grupo al hotel donde se hace la fiesta.
16:15 Brindis (torta, champagne)
16:30 – 18:00 Recepción (y lo que sea que hayan planeado los maestros de ceremonia y si no planearon nada tomaremos y charlaremos)

18:00 – 20:15 Walking dinner (pasan los mozos con la comida). ¡Esta es la cena! jaja. Perdón por el horario, pero no hay otra! Para los que tengan niños habrá menu de niños.
20:15 Vienen los invitados que vienen sólo a la fiesta.
20:30 – 00:30 (01:00) Baile (y acá los necesito!!!)

La Municipalidad está ubicada frente a una especie de plaza, con puestos de comida y muchos barcitos. El sol acompañaba desde temprano y los novios llegaron en un bonito auto.

La ceremonia estuvo realmente hermosa y emotiva. La jueza contó cómo se conocieron Ana y Taco (resumido: fue en Calafate, luego se desencontraron y volvieron a “chocarse” en un boliche en Buenos Aires) y encendió dos velas para que la mamá de Ana y el papá de Taco estén presentes simbólicamente en la ceremonia.
A la salida, pudimos hacer la foto grupal, que se hace en las escaleras de la municipalidad.

El hotel donde se hizo la fiesta era del otro lado de la plaza, detrás de una iglesia. El salón estaba decorado con banderas de Argentina y Holanda y con globos celestes y naranjas en representación de ambos países. Los mismos colores se usaron para la tarjeta.

Desde las 16.15 hasta las 18 brindamos, comimos la torta, charlamos y los maestros de ceremonia hicieron todo lo que habían planeado. Por ejemplo, llamaron a los invitados para sacar una foto agrupados por mes de cumpleaños y regalarles a los novios un calendario temático. También, algunos amigos hicieron una canción cómica (en holandés, por lo tanto no entendimos nada…) y otros dieron un pequeño discurso (otra costumbre de los casamientos holandeses).
A las 18 en punto comenzó la cena. Era bandejeada y, para pedir bebida, había que ir a la barra. La cena duró hasta casi las 20.30.

A las 20.30 comenzó el gran baile! Los chicos hicieron su demostración tanguera y luego todos a la pista! Dino y Javier, un amigo de Ana, quisieron levantar al nuevo matrimonio por los aires y hacerles el famoso “avioncito”. Junto con otros argentinos lo lograron! Luego se comentaba que no es muy común ver a los holandeses bailando y mucho menos hasta tan tarde. Cuando el DJ lanzaba los mix latinos todo el mundo se acercaba a mirar y luego se prendían.

Todo salió muy bien y fue muy emotivo. ¡Otra Máxima en Holanda!

¡Me olvidé de contarles! Otra costumbre es que antes del casamiento, los novios celebran una pequeña reunión en la casa de los padres de alguno de ellos junto a la familia más cercana, los testigos y los maestros de ceremonia. En esta reunión, el novio le entrega a la novia el ramo. Luego, mientras ellos se van a sacar algunas fotos, los demás toman un café o té con tortas.

Pueden compartir con nosotros otras costumbres de los casamientos! Los de Holanda no son taaaann diferentes a los nuestros. En otros países sí que son muy diferentes. A lo mejor los descubrimos en el camino…