Visita las Salinas Grandes

«Papá, mirá el caminito», me dijo Tahiel en una de las paradas que hicimos con la combi de Runa Tour, la empresa que nos invitó a realizar una visita a las Salinas Grandes y su entorno, una maravilla de la naturaleza. No era para menos su expresión. Observar la Cuesta del Lipán desde arriba no pasaba desapercibido ni para un chico de menos de tres años. Es una belleza que conjuga un paisaje imponente con la obra del hombre.

La excursión de Runa Tour arranca temprano a la mañana desde Tilcara pasando por Purmamarca. Sigue por la ruta 52 y la Cuesta del Lipán hasta Salinas Grandes. Luego, de regreso a Purmamarca con un rato para alomrzar, se realiza una caminata por Los Colorados, para luego regresar a Tilcara. La travesía dura unas 7 horas en total y cada parte de esta excursión tiene una belleza paisajística descomunal.

Llegar a Salinas Grandes puede que sea el broche de oro de la excursión, pero detenerse a observar el serpenteo de la cuesta desde alguno de los miradores es, a mi modo de ver, oblogatorio. Como si un gigante de ciencia ficción hubiera dibujado a mano alzada las laderas de las montañas, aquel viejo camino de mulas que iba de la Puna a la Quebrada y hoy asfaltado, es el principal medio de acceso al paso de Jama, que cruza a Chile. Su punto más alto se encuentra en Abra de Potrerillos a 4170 msnm.

«Papá, mirá las llamitas», me dijo Tahiel varias veces mientras recorríamos la cuesta. Disfruta mucho ver por la ventanilla y comentar lo que vé. Más de una vez el conductor se arrimó a la banquina y se detuvo al escuchar el entusiasmo con el que Tahiel comentaba lo que veía.

Cuando faltaba poco para llegar a las salinas, nuestro guía nos comentó que desde no hace mucho tiempo hay que abonar $ARS 200 (2019) por persona a un guía local para que nos acompañe hasta los ojos de agua, dentro de las salinas. Así lo hicimos, pero a decir verdad, nos pareció un servicio innecesario. El guía que ya nos estaba acompañando podía perfectamente llevar adelante la visita sin «ayuda» extra.

Es decir que a la primera parte de las Salinas Grandes se puede entrar sin pagar, pero si quieren ingresar un poco más y conocer los ojos de agua, deberán hacerlo.

«Papá, mirá el agüita», me dijo Tahiel en cuanto la combi se detuvo ya dentro de las salinas. Se bajó y comenzó a pasear y a correr entre los piletones calados por el hombre para extraer la sal. Particularmente estas salinas están custodiadas por cerros. Otro detalle que suma a la belleza del lugar.

La guía local nos juntó a todos para explicarnos lo que íbamos a conocer. Aclaró también que en algunos sectores por los que pasaríamos el piso no estaba firme. Debíamos caminar en fila india detrás de ella. Iríamos hacia los ojos de agua en medio del salar. Pedirle a Tahiel que camine en línea recta sin distraerse y desviarse es una tarea en vano. Mejor a «cococho», de ahí no se me iba a escapar.

Nunca logramos un salto coordinado entre los 3, aunque lo intentamos.

La visita a las Salinas Grandes, cuya ubicación se encuentra entre las provincias de Salta Y Jujuy, es una linda opción para disfrutar en familia. Tahiel se sorprendía con todo lo que veía y conoció paisajes diferentes a los que estaba acostumbrado.

Cómo llegar a las Salinas Grandes

Desde Purmamarca por la Ruta Nacional nro. 52, atravesnado la Cuesta del Lipán. Total del recorrido: 65 Km. También se puede llegar desde la provincia de Salta.

Consejos útiles para visitar las Salinas Grandes:

• llevar protector solar, gorro y anteojos de sol.
• Evitar el mediodía.
• llevar agua (si bien se vende allí, siempre es mucho más cara).
• Si van por su cuenta y hay grandes buses con turistas, esperen un rato que suelen irse rápido.

 

En este enlace pueden leer sobre Purmamarca y el paseo de Los Colorados.

 

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