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San Luis, día 1: escuela, prensa y compus

 

San Luis, una provincia del centro de la Argentina, nos recibió con mucho sol y el cariño de Karo y Pupy, dos chicos que conocimos virtualmente gracias a Internet y que “desvirtualizamos” gracias a la buena voluntad de ellos.
A las 6.50 estaba Karo esperándonos en la terminal y a las dos cuadras apareció Pupy con azulejo: un fiat 128 Europa modelo 80 que sería nuestro medio de locomoción durante algunos de los días que pasaríamos en la ciudad y alrededores.
Llegamos a lo de Karo y no sólo encontramos un hermoso cartel de bienvenida, sino que además estaba la mesa servida para un rico desayuno. Hablamos de viajes, como no podía ser de otra manera, y disfrutamos de unos ricos mates con facturas.

El bus había llegado a horario. 6.50 de la mañana nos despertó el sol que apenas pegaba sobre las primeras sierras que se divisaban a lo lejos. Es, junto con el atardecer, el momento en que los paisajes (sean urbanos o rurales) tienen los mejores colores.
Habíamos salido de Retiro, la terminal de buses de Buenos Aires, el día anterior a las 9 de la noche. Llegamos a Retiro en el tren San Martín, de Devoto a Retiro sin escalas. Una vez en la terminal nos llamó la atención la implementación de televisores individuales en los espacios de espera de la terminal. A lo mejor hace mucho tiempo que están, pero nunca los habíamos visto. Allí, podés ver a las personas esperando y “prendidas” frente a la pantalla. Por un lado, pensé, qué moderna la terminal, se debe entretener más de uno… pero por el otro… ¿es necesario estar siempre pegado a una pantalla? ¿No nos podemos entretener sin una pantalla? Esta primera reflexión continuaría al día siguiente… ya en las escuelas.

Durante la primera mañana fuimos a la universidad, conocimos a la gente de extensión universitaria de la Universidad Nacional de San Luis que hicieron posible nuestra visita, buscamos el proyector para la tarde, dejamos nuestras cosas en la sede de ADU (Asociación Docente Universitaria) donde dormimos las tres noches y nos fuimos a dar una vuelta.

Esperando que nos pase a buscar «azulejo».

 

 

A la ciudad se la ve ordenada, tranquila, de construcciones principalmente bajas, con un centro similar al de casi todas las ciudades en la Argentina (y, hasta podríamos decir, en ciertos aspectos, de Latinoamérica). Su plaza principal, su catedral y su peatonal no pueden faltar. Lo que falta en esta plaza es la casa de Gobierno, ya que construyeron una más moderna en las afueras de la ciudad. “Es tan lejos que nadie va a ir hasta allá para manifestarse”, nos dijeron.
Cuando uno visita estas ciudades, donde la siesta es casi obligatoria, se da cuenta la vorágine con que se vive en las grandes ciudades.
Lo que nos llamó la atención fue la cantidad de casinos, pero sobre todo, uno: el New York. La escenografía parecía de otro lugar, es como que se habían equivocado al ponerla. Y esto se confirmó cuando nos contaron que en la inauguración cantó Jairo y lo hizo entonando una canción local. Discépolo tenía razón…(link).

 

Almorzamos con los chicos en el comedor de la universidad y,  mientras estábamos disfrutando de la rica, abundante y económica comida, nos llamaron de El diario de la República y nos hicieron una breve entrevista. La nota salió al otro día, con motivo de la presentación en el microcine de la universidad. Este es el link al pdf del suplemento para el que quiera leerlo. La primera oración, donde habla de complicaciones, no lo dijimos con respecto a los shows de magia… fue un pequeño mal entendido.

 

Después de almorzar nos preparamos para nuestra primera presentación en suelo argentino. Esta vez eran chicos de una escuela urbana en los alrededores de la ciudad.

– ¿Son los que arreglan las computadoras?, nos recibió el primer nene que se asomó al pasillo en la escuela Juan Manuel de Rosas.
– ¡Tengo que resetear la mía todo el tiempo!, se quejaba otro.
– No, les dijimos, nosotros no somos a quienes ustedes esperan.

Cuando nos asomamos al aula, todos los nenes tenían su computadora, pero todos estaban jugando a “los jueguitos”. Nos explicaron después que el gobierno les había entregado las netbooks  una semana atrás y que todavía no habían implementado ninguna tarea, pero que lo harían a la brevedad. Ojalá así sea…

El problema que se presentó en varias escuelas es que, como usaron las netbooks con otros fines e instalaron programas de descargas de archivos, muchas de ellas ya están infectadas…

Pero el tema “tecnológico” no terminó ahí. El primer nene que habló en la charla nos dijo que su sueño era tener Internet en su compu. Después, la maestra nos contó que todos los vecinos de la vereda de enfrente de su casa tienen Internet gratis y que justo en la vereda de su casa no hay…
Les dejamos algunas fotos de esa presentación. Por razones ajenas a Magia en el Camino no pudimos completar la charla ni el show de magia, pero les compartimos algunas fotos.

Ya tengo mi compu

Muchos chicos en las escuelas de San Luis lucen una remera blanca con letras celestes que dice “ya tengo mi compu”. Y todos están felices con sus netbooks con manijita. Para nosotros es muy bueno darles herramientas tecnológicas a los chicos en el marco de su educación. Lo que también nos parece es que, como muchas medidas que se toman en el país, se hacen sin tener en cuenta el contexto de la medida. Como nos dijo un docente rural: “Ahh no, eso sí… las formas las guardan siempre”.
No sabemos exactamente cuán capacitados están los docentes para aprovechar realmente el recurso que se les brinda. Tampoco sabemos si los chicos son concientes de la herramienta que tienen en sus manos. Nosotros simplemente nos quedamos con algunas imágenes de las compus y las escuelas urbanas. Esas imágenes son:
– chicos en las aulas, en horario de clase, usando la compu para bajar música, usar Facebook, chatear o jugar “a los jueguitos”, entre otras cosas. No es que eso esté mal, al contrario, el problema es que lo hagan en horas de clase. También podemos pensar que, ahora, es el «juguete nuevo» y, que más adelante, cambiarán o le sumarán otros usos. Tratemos de pensar positivamente.
– los chicos caminando por los pasillos de la escuela durante el recreo, con la compu en la mano y mirando la pantalla. Sabemos que los tiempos cambian, pero fue una imagen, por lo menos, “rara”.

Obviamente sabemos que no es igual en todas las escuelas, ni que todos los docentes ni todos los alumnos tienen las mismas reacciones ante «la novedad», pero sería bueno que se cumpla e implemente con seriedad el programa de capacitación, ya que puede ser una herramienta muy útil para la educación de miles de chicos.

Cuando salimos del colegio era hora del partido. Jugaban Colombia-Argentina por las eliminatorias. Buscamos un televisor en una estación de servicio y lo encontramos en una llena de camioneros. Como el partido estaba un poco aburrido, prefirieron la charla con los camioneros chilenos a los «papelones» de la selección.

Para cerrar el día, disfrutamos de una cervecita en el río mientras Pupy trataba de mantener el fuego. Luego una rica cena en su casa, donde su mamá y su abuela nos recibieron con milanesas fritas, ensalada y fiambre.

Un lindo día para recordar…

No se pierdan, en breve, la visita a las escuelas rurales y la presentación en el Microcine de la Universidad de San Luis. se vienen muchas anécdotas. Imperdible!

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