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Mis pasitos por Córdoba (+ consejos para viajar con bebés)

Cuando me enteré que nos íbamos a Córdoba me puse muy contento porque siempre la escuchaba a mamá decir que era «la provincia de su infancia». Además, me prometían que iba a ser «mi primera vez» en muchas cosas. Y así fue…

Mi primera vez en un hostel

Tanto en Villa General Belgrano, como en Córdoba Capital dormimos en hostel.
En el hostel El Rincón, de Villa General Belgrano, dormimos en una habitación dentro de una cabaña que tenía otras dos habitaciones. El Rincón está en el medio de un hermoso bosque y allí pude disfrutar mucho de la naturaleza, me sorprendía con cada animal suelto que veía. Los señalaba a todos y repetía con cara de sorprendido: gua uuu, guaaa, uuuuu
Es que el hostel tenía una casa grande, donde estaban las habitaciones, la cocina y el comedor, pero además tenía una especie de quincho rodeado de bosque y desde ahí yo no me cansaba de ver animales. Además, muchas veces, los animales entraban al quincho. Mi mamá los sacaba, pero a mí me encantaba ver de más cerca a los gatos, los perros y las gallinas. En ese quincho, los huéspedes podían cocinar y comer. Y esto es muy importante en un viaje con niños, pero sobre todo, con bebés (más abajo les cuento por qué).

Yo usaba el quincho también para dormir. Cuando somos chicos tenemos ciertas licencias, como poder dormir en cualquier lado.

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Esta foto no es el hostel, pero es muy cerquita. 

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En el hostel de la ciudad de Córdoba, el Rivera Hostel Córdoba, donde mis papás hicieron la presentación del libro Magia es Viajar, dormí primero en un dormi (habitación compartida) y después en una habitación privada. Me hice muy amigo de Enrique, uno de los dueños del lugar, y me encantaba que me alzara y me llevara a pasear. En realidad, creo que lo hacía porque si no mis papás no podían trabajar en la computadora. Yo andaba gateando por todo el hostel y había escaleras, por eso no podían dejarme un minuto solo.

Como viajamos en auto, llevamos mi practicuna, que es muy práctica de verdad… 

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Por ser mi primera vez, me gustó mucho estar en los hostels porque conocí gente de muchos lugares del mundo y todos me sonreían y hacían caras raras. Eso me divierte.

 

Mi primera vez en el río

 

No podía irme de Córdoba sin meterme en el río! Así que una tarde que no había ni presentación del libro ni presentación del proyecto educativo-mágico nos fuimos a pasear con Raquel a Los Reartes. La tarde estuvo hermosa. Yo sentía que mis papás estaban muy felices (los chicos percibimos todo, aunque los grandes no se den cuenta). Mi mamá tomó unos ricos mates con Raquel y comió muffins caseros de bananas. Yo mate todavía no tomo, pero sí me dieron para probar muffin… ¡me encanto! No entiendo cómo habiendo cosas tan ricas para comer me siguen dando leche.

Cuando llegamos a la playita del río yo no quería saber nada con sentarme en las piedritas (miren mi cara de la primera foto), pero después me fui acostumbrando y me gustó mucho. Me puse a jugar con las piedritas y a gatear  (y no me molestaban). Como dice siempre mi papá, la adaptabilidad es la base de la felicidad.

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Mi primera vez en una presentación del proyecto

Este viaje a Córdoba implicó visitar varios colegios para que mis papás hagan la presentación de su proyecto educativo-mágico. Yo estaba contento de acompañarlos, pero no me gustó mucho que solían romper la poca rutina que había logrado. Por ejemplo, esos días yo solía dormir la siesta de 11 a 13 aproximadamente. Y dos presentaciones fueron a las 12 del mediodía. Por lo tanto, no pude dormir bien y me puse un poco fastidioso. Pero la culpa no fue mía…

Lo que más me gustó de las presentaciones es el cariño que todos me daban. Todos me decían cosas lindas, las chicas querían levantarme a upa y recibí mis primeros regalos viajeros.

Pueden leer más sobre estas presentaciones en Córdoba en este post: Sonrisas cordobesas y algo más.

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También fue mi primera vez en los mismos lugares que habían visitado mis papás de chicos, como el lago de Villa Rumipal, Villa General Belgrano, Santa Rosa de Calamuchita o el laberinto de El Torreón, pero eso se los cuenta mi mamá en este post.

Después de esta segunda experiencia viajando con mis papás puedo dejarles….
Algunos consejos para viajar con bebés:

– Si viajás con bebés y no querés gastar mucho dinero, conviene alojarse en un hostel porque podés prepararnos la comida. A los bebés nos gusta que la comida esté rica y que sea como la que nos prepara mamá en casa (bueno, en mi caso, es más rica como la prepara mi abuela, pero eso a mi mamá no se lo digo mucho). Si van a gastar en comprarnos comida en un restaurante todos los días, les va a salir muy caro y no siempre será la comida a la que estamos acostumbrados. En los hostel, además, pueden guardar yogures, queso blanco para mezclar con el puré y fruta fresca por si nos agarra hambre de golpe. Se los digo por experiencia…. los días que estuvimos en el hotel de Santa Rosa de Calamuchita, mi comida fue una complicación. Cuando vaya creciendo supongo que todo será más fácil porque voy a poder comer de todo, pero los bebés tenemos ciertas restricciones en la comida.

¿LLevar practicuna o no? Si viajan en auto y el bebé tiene menos de un año, lo ideal es llevarla. No solo por esa idea generalizada de que nos sentimos mejor durmiendo siempre en el mismo lugar, sino por una cuestión de seguridad. Si el bebé tiene menos de seis meses, no hay problema porque en el lugar que lo dejen se va a quedar. Pero después de los seis meses ya empezamos a rolar y a levantar la cabeza y a arrastrarnos, por lo tanto no es seguro dormir en una cama grande porque si nos despertamos y ustedes siguen durmiendo, nos podemos caer y lastimar. Si ya somos más grandes no hay tanto problema porque sabemos movernos mejor. Por eso, la practicuna es, como su nombre lo dice, muy práctica. Se pliega y se arma en menos de un minuto en cualquier lado. Nosotros dormimos siempre en el mismo lugar y estamos seguros. ¿Vieron mi practicuna en el hostel? Claro que en muchos hoteles ofrecen el servicio de cuna para los más pequeños, pero no es el caso de la mayoría de los hoteles a los que van mis papás.  Ahora bien, si viajan con mochila (en avión, a dedo o en transporte público) se complica llevarla. Para estos casos existen unas cunas de tela super plegables que no ocupan tanto lugar (pero no se consiguen en todos los países). Si no, quedará armar el colchón (lo más bajo posible) en el suelo y tener cuidado que, si nos despertamos y ustedes siguen durmiendo, no haya nada peligroso cerca.

– Los bebés tenemos una edad en la que nos gusta tirar todo al piso. No lo hacemos de malos o vivos, como creen algunos adultos, no le estamos tomando el pelo a nadie. Lo hacemos por un acto reflejo, estamos aprendiendo la idea de causa-consecuencia y eso nos divierte. Por eso, es muy común que cuando vamos en la sillita del auto (o desde la sillita de comer) tiremos todo lo que nos dan y el piso del auto sea una especie de «basural». Un consejo es que nos aten los juguetes de la sillita. De esta manera nosotros sentimos que los tiramos, pero los juguetes no llegan al piso y es más fácil para que lo levanten.

– Algunos bebés tienen una rutina muy marcada desde los primeros días que nacen. Si es el caso de tu bebé te sacaste la lotería porque será mucho más fácil viajar con él durante los primeros meses. Otros, en cambio, van cambiando la rutina cada tres o cuatro semanas. Pero están los bebés, como yo, que casi nunca logramos una rutina. A veces es culpa de los papás, pero otras veces es culpa nuestra. No nos gustan las rutinas. En mi caso, veo que mis papás no tienen una entonces me cuesta mucho a mi tener la mía. Igualmente, en los viajes, lo ideal es tratar de generar y mantener alguna rutina para los bebés. Sí papás, tienen que entender que nosotros manejamos los horarios y si es la hora de dormir la siesta no podemos estar paseando (o haciendo un proyecto social) y si es la hora de comer, tenemos que comer porque si no nos pasamos y después estamos muy fastidiosos. Solo eso. Tratar de respetar nuestros horarios (aunque entendemos que no siempre es fácil).

También pueden leer lo que escribieron mis papás en Tres cosas que aprendimos de viajar con bebés en nuestro primer viaje con Tahiel.

¡No se preocupen que pronto haremos una recopilación de consejos para viajar con bebés y niños!

 

¿Les gustó mi primer post? ¿Ya conocen el libro de mis papás? Yo escribí el último capítulo!

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