Camino de San Francisco por la vía Amerina: Amelia, Orte y Gallese
Dejamos atrás la hermosa ciudad de Amelia con la sensación que te genera despedirte de un gran amigo: sabes que algún día lo vas a volver a ver.
Teníamos por delante uno de los días más lindos de caminata por la vía Amerina, uno de los caminos de San Francisco de Asís.
Los carteles decían que para llegar de Amelia a Orte debíamos caminar unos 13 km, pero ni nos dimos cuenta de esa distancia porque el paisaje era tan lindo, que la mente solo estaba puesta en disfrutar del regalo que la naturaleza tenía para nosotros. Atravesamos bosques, caminos de tierra, llanuras levemente onduladas con plantaciones, tierras labradas para el cultivo y alguna que otra pendiente. Nunca tuvimos problemas con el carrito, porque como les contó Tahiel en Mi experiencia en la vía Amerina: de Asís a Roma, siempre encontramos manos amigas que nos ayudaron. Dicen que las peregrinaciones o caminatas son el momento ideal para pensar en nosotros mismos, en lo que estamos haciendo, en el rumbo que elegimos para nuestra vida, en las actitudes que tenemos ante las opciones que se nos presentan todos los días cuando nos levantamos de la cama o para soñar con nuevos planes y proyectos. Caminar con Tahiel no nos permitió aprovechar ese tiempo para pensar en nosotros mismos, de manera particular, pero sí nos hizo sentir muy bien como familia. Verlo disfrutar tanto a Tahiel de estas cosas nos hace sentir que la elección que hicimos hace muchos años no está mal. Y que siempre los caminos se pueden adaptar para vivirlos de a tres.
Como les contamos en el post anterior, la vía Amerina era una antigua vía romana, por lo que es común encontrarnos en el camino con sitios arqueológicos como el que muestra restos de un puerto fluvial romano del siglo II a.C, muy cerca de la ciudad de Orte.
Esta ciudad tiene alrededor de 9000 habitantes y un pequeño casco histórico tan lindo como el de todas las ciudades italianas de la zona. Además, esconde una red subterránea de cisternas, canales, fuentes y pozos, de la que pudimos conocer una parte luego del rico almuerzo que disfrutamos en una taberna tradicional y del recibimiento con los portadores de banderas y música local, que cada vez me gustan más. Para los que gusten del arte sacro, se puede visitar un interesantísimo museo, El Museo Diocesano de Arte Sacro, con pinturas y esculturas muy llamativas.
La vía Amerina continúa de Orte a Gallese durante unos 14 km más, aunque los que gustan más de la aventura, pueden tomar un desvío pasando por Vasanello y caminar en total unos 20 km. Este tramo, de Orte a Gallese lo hicimos en bus y también resultó muy bonito. Cuando llegamos a Gallese no solo nos estaban esperando con música local, sino que además probamos algunas de sus más ricas tradiciones culinarias que les contaremos mejor en otro post. Solo recordarles que en esta región se cultivan muchas avellanas y todo lo que hacen con ellas es riquísimo.
El lugar de reunión con la gente del lugar fue la Basílica de San Famiano. Esta basílica se comenzó a construir en 1244 y en su interior se encuentran los restos de este Santo que fue canonizado por los milagros de curación que realizó en la zona durante sus peregrinajes. En al actualidad, es el protector de la ciudad y ocupa un lugar muy importante en el corazón de todos los que viven allí. En el jardín que rodea a la Basílica, Tahiel jugó mucho con dos nuevas amigas, tocó el bombo y hasta recibió un hermoso regalo con el que todavía se entretiene. Muchas gracias!
El día estaba llegando a su fin, el bus nos llevó hasta Civita Castellana, donde cenaríamos y pasaríamos la noche. Civita Castellana es otra hermosa ciudad italiana, un poco más grande que las anteriores, pero con el mismo encanto en sus paredes rasgadas por el tiempo, sus colores pasteles, sus escaleras con macetas y plantas y sus ventanas con flores. Terminaba así otro día de caminata por la vía Amerina. Otra día de conocer un poco más sobre este hermoso rincón del mundo.
Pueden leer el primer post sobre el viaje en La Columna de Tahiel. Un lindo post desde su mirada y con muchas fotos. Pueden conocer el primer tramo, de Castell della Aquila a Amelia en el segundo post de la serie.
Un agradecimiento especial a todas las personas de Italian Wonders Ways y del Consorcio Francescos Ways, quienes hicieron posible esta experiencia. Y a todos los que nos recibieron en el camino, en cada pueblo, ciudad, hotel, restaurante, iglesia o monumento. Magia en el Camino mantiene todo el control editorial de lo publicado en este sitio.
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