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Llegada a Colombo y el sur de Sri Lanka

Acá estamos en Colombo, Sri Lanka!! No sólo es difícil subir las fotos (las tuvimos que poner más chicas) sino que es complicado encontrar un lugar donde se pueda acceder a internet. Pero acá va la primera entrada!


Llegada a Colombo

El colectivo 187 nos dejó, después de casi dos horas y por menos de medio dólar, en el centro de Colombo, la capital actual de Sri Lanka. El viaje fue caluroso, largo y comenzó a despertar nuestros sentidos.

Mientras el chófer practicaba el deporte de tocar bocina y apretaba con ganas el acelerador y el freno; y su acompañante se colgaba de la puerta para gritar el destino del colectivo y vendía los boletos una vez que todas sus presas estaban a bordo (algo similar a lo que ocurre en La Paz, Bolivia), nosotros mirábamos por la ventanilla.

Habíamos vuelto a la contaminación sonora de las bocinas interminables y a la atmosférica, de los gases que expulsan los cientos de tuc tuc y colectivos viejos. Volvimos a ver muchas personas descalzas o con muy poca ropa, muchos puestos de frutas y pescados, muchos militares en las calles con armas largas (la guerra civil que podríamos llamar “entre el norte y el resto del país” terminó en agosto de 2009), muchas veredas rotas y calles destruidas, muchas mujeres y hombres con sus vestimentas típicas de acuerdo con su procedencia, muchas cosas para asimilar y comparar con otras.

Después de haber recorrido otros países fue inevitable comparar las realidades tan distintas que el sistema nos presenta. Mirando por esa ventanilla no pudimos más que sentir y corroborar que el mundo y el sistema que lo domina es cada vez más inclusivo con unos pocos y cada vez más exclusivo con la mayoría… y, por eso, las diferencias son cada vez más notables.

Fort, el antiguo centro

El colectivo nos dejó en Fort, el antiguo centro de la capital colonial y, en la actualidad, el nodo de trenes y colectivos de Colombo o Kolamba. Los primeros cingaleses la llamaban así porque kolamba es una antigua palabra cingalesa que significa “puerto” o ”ferry”. Sin embargo, cuentan que cuando los portugueses la escucharon por primera vez estaban convencidos de que la palabra significaba “árbol de mango” porque kola significa hojas, planta y amba, mango.
La ciudad es caótica y ruidosa, pero diferente al resto del país. Como la visitamos en varias etapas todo lo relacionado con ella lo dejamos para más adelante.

 

Galle y las playas del sur

Hace casi 10 días que estamos en Sri Lanka y tenemos muchas cosas para contarles!! Vamos a tratar de hacerlo de a poco, en las sucesivas entradas, si es que el mal funcionamiento de Internet nos lo permite. Ahora los invitamos a conocer algo del sur del país.

Como teníamos 6 días para retirar nuestras visas para la India (sí! Parece que al final vamos a la India…), decidimos abandonar el caos de la “gran ciudad” y conocer algo del sur del país.

Utilizamos una de las herencias de la época colonial británica (el tren) y nos fuimos a Galle, una de las ciudades más importantes del sur del país. Como ocurrió en otros países del mundo, los ingleses fueron los encargados de construir la red ferroviaria en Sri Lanka, que se sigue utilizando en la actualidad.

Los ingleses llamaron a la isla Ceylon (Ceylan) y este nombre se utilizó hasta 1972, sin embargo, muchas de las instituciones públicas y privadas siguen conservando el nombre. Una de las últimas noticias es que se dictó una ley para eliminar el nombre colonial, pero en la realidad todavía sigue estando en todos los carteles.

Los trenes

Las estaciones son viejas, los boletos son de cartón duro, la mayoría de los trenes son ruidosos y las vías, en casi toda la costa oeste, van “pegadas” al mar. Cuando vimos esto entendimos una de las causas de la gran cantidad de muertes y daños materiales que produjo el tsunami de 2004 en esta partecita del mundo.

En los libros lo pondríamos como un ejemplo de vulnerabilidad social (parte de la teoría social del riesgo). La vida cotidiana de miles de personas transcurre entre el mar y las vías del tren. En algunos tramos del recorrido el tren pasa a un metro de las casas mientras los chicos juegan al costado de las vías y los adultos pasan el día.

Galle (se pronuncia “Gol”) se encuentra sobre la costa del océano índico, en el sur del país, y es uno de los puertos más importantes de la isla. Presenta una parte más moderna y caótica, con mercados en la vereda, calles comerciales, colectivos coloridos, tuc tuc que pasan “volando” por al lado de los transeúntes, templos budistas e hindúes, iglesias cristianas y algún centro comercial no muy grande.

Además, tiene una vida pesquera muy activa. Todas las mañanas y las noches, cientos de barquitos se adentran en el mar para capturar peces de distintas especies (algunos que no habíamos visto nunca) que luego se venden en los mercados locales.

Una ciudad colonial en el fuerte

Pero también tiene una parte antigua y colonial del período holandés, donde reina la tranquilidad y el silencio: la zona conocida como “el Fuerte”. Una pequeña parte de lo que hoy es el Fuerte perteneció primero a los portugueses (siglo xvi), pero luego, cuando llegaron los holandeses en el siglo xvii la ciudadela se expandió y llegó a su extensión actual.

Dicen que es la ciudad colonial que mejor se conserva en todo el país. Presenta murallas altas y callejuelas angostas, que conservan las casas del período holandés. Es un placer caminar por sus callecitas y sólo dedicarse a mirar cómo transcurre la vida de las personas que viven allí, tan diferente a lo que pasa fuera de las murallas.

También se puede caminar sobre las murallas lo que te permite disfrutar del agua cristalina del mar, del viento que sopla al atardecer y del cielo rojo que se aprecia con la puesta del sol.

Galerías de arte y más

En los últimos años, llegaron para quedarse algunas familias extranjeras, que reciclaron varias de las construcciones y las convirtieron en hoteles o restaurantes. Además, se abrieron muchas galerías de artes y negocios de “objetos de diseño” y el gobierno local, con la ayuda del gobierno holandés, se propuso renovar los edificios y monumentos públicos.

Uno de los objetivos es convertir a la ciudad en un reconocido centro cultural. Con este fin se realizan desde hace algunos años varios festivales internacionales, como el de Literatura, el de Arte y el de Cine.

En cualquiera de las calles o espacios abiertos del fuerte es común encontrar un grupo de amigos jugando al cricket, otro legado de los ingleses. Para muchos es el deporte nacional, aunque algunos dicen que en primer lugar está el voley. Durante febrero y marzo se realiza el campeonato mundial de cricket en tres países: Sri Lanka, India y Bangladesh, así que a falta de buen fútbol vamos a tratar de conseguir alguna entrada barata para ver un partido de cricket…

Los cinco días que estuvimos en Galle coincidieron con el Festival de Literatura. Eso significó que no había lugar dónde dormir y, menos, a los precios que estamos acostumbrados a pagar. Por suerte, las dueñas de una guesthouse se apiadaron de nosotros y nos tiraron unos colchones en una parte de la casa que mucho no se usa (después de dormir dos días sobre el piso de cerámica en lo de nuestro Couch, eso era el paraíso).

A partir de la segunda noche nos armaron unas camitas en otra parte de la casa. Si bien era un lugar “abierto al público” pudimos dormir por poca plata.

Unawatuna

Dos de esos días decidimos ir a conocer algunas de las playas que, según dicen, son las más lindas del país. Nos subimos de nuevo a uno de los colectivos locales y, después de sufrir un rato por la velocidad que toman esas maquinitas, llegamos a Unawatuna.
Unawatuna es una pequeña playa, angosta, tranquila y de aguas transparentes, donde Dino pudo bucear a un precio más que razonable.

Mirissa y los pescadores

También visitamos las zonas de camino a Mirissa donde pueden verse en la costa a los famosos fishermen (pescadores de Sri Lanka). Dicen que es el único lugar en el mundo donde los pescadores ejercen su oficio sentados o parados sobre palos clavados en bancos de arena (casi siempre alejados de la costa). Se los puede ver a la mañana o a la tarde.

Nosotros fuimos a verlos dos veces pero no tuvimos suerte con el tiempo, así que no había muchos de ellos trabajando. Creo que por eso Dino decidió probar el oficio para colaborar un poco con el trabajo del día. No logró pescar nada…

Después de la playa y las ciudades coloniales nos fuimos al norte del país, donde se encuentran las antiguas capitales de Sri Lanka, por eso la llaman el triángulo cultural. Esto se lo contamos en la próxima entrada.
Saludos!!

 

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