Amritsar: el lugar de los sijs
En la ciudad de Amritsar se encuentra el templo dorado, el templo más importante para los sijs. ¿Quiénes son los sijs? En pocas palabras, son una de las tantas las religiones que se practican en India y que, según dicen, tiene más de 23 millones de seguidores.
La mayoría vive en India, principalmente en el estado conocido como Punjab. Esta religión surgió contra el sistema hindú de castas y pretende unir lo mejor del hinduismo y del islamismo.
Una de las cosas que los diferencia es que no se cortan el pelo (algunos tampoco la barba) y usan turbantes de colores para cubrirse la cabellera. Además, algo que me llamó la atención es que dicen que son “buena gente”. Pero yo me pregunto… ¿es necesario pertenecer a una religión para ser buena gente?
El templo dorado
Como uno de sus pilares es la igualdad entre las personas (como lo proclaman también otras religiones) todo el mundo es bienvenido al Templo Dorado o, mejor dicho, al complejo del Templo Dorado. Todos los días, miles y miles de personas llegan para visitar este lugar. Los sijs deben visitarlo por lo menos una vez en la vida y “purificarse” en las aguas del lago que rodea al templo.
Para entrar al complejo del templo es necesario cubrirse la cabeza. Además, antes de ingresar a la zona del lago sagrado hay que sacarse los zapatos y lavarse los pies.
El templo se construyó para guardar un libro, el Adi Granth, donde están los himnos que se escuchan continuamente por los altoparlantes del predio. Mientras las personas caminan por el blanco mármol van entonando o tarareando las oraciones que escuchan. El sonido es constante, pero no molesta, parece estar en armonía con el lugar.
Además del pelo largo sin cortar con turbante (que en la actualidad pasó a ser, para las nuevas generaciones, un objeto más de la moda, ya que suelen combinar los colores del turbante con los de la ropa que llevan puesta) existen otros elementos que diferencian a un sij:
- Khanga: pequeño peine de madera.
- el Kara: un brazalete metálico.
- la Kacha: ropa interior de algodón.
- Kirpán: una espada ceremonial que, en la actualidad, no es más que una pequeña daga. Simboliza poder y libertad de espíritu, autorrespeto, la lucha constante del bien y la moralidad sobre la injusticia. Según dicen, el kirpán nunca debe desenvainarse para atacar, pero puede usarse para la autodefensa o para proteger a un tercero. Siempre una zona gris…
No sólo usan turbante y barba larga los que deciden vestir con la ropa tradicional, sino que muchas mantienen esta tradicional aunque se vistan con traje o con jean y remera.
Dormir en el templo dorado
En el complejo hay varios edificios donde los peregrinos duermen gratis o a cambio de una donación. En uno de los edificios hay un cuarto destinado a extranjeros. Allí dormimos nosotros. Podés quedarte las noches que quieras, pero te recomiendan que no sean más de tres para darle la posibilidad a otros de dormir allí.
Como la cantidad de gente que llega suele superar la capacidad que tiene el complejo, muchas personas duermen en los patios. Para ellos hay colchonetas y frazadas, así nadie se queda afuera.
También hay una gran cocina donde todos acuden a comer gratis (nosotros en algunas oportunidades también). Durante todo el día, muchos voluntarios preparan comida (el thali tradicional indio), otros sirven los alimentos y, otros, lavan los platos, vasos y cubiertos que se utilizan sin parar. ¿Cómo se mantiene todo esto? Básicamente con donaciones de los propios sijs que, en su mayoría, suelen tener una muy buena posición económica y respetan la hospitalidad como una de sus premisas.
En las fotos: comiendo, lavando, cocinando… todo al mismo tiempo, en diferentes recintos.
Reflexión sobre las religiones
En este viaje el tema de las religiones nos dio miles de vueltas en la cabeza y ha ocupado una gran parte de tiempo en varias de nuestras charlas… Y nos quedó esta reflexión, que es sólo eso… no queremos ofender a nadie… Hemos visto cómo la gente hace hasta lo que no puede por cumplir con ritos que su propia religión le obliga. ¿Y si no harían falta esos ritos? No estamos pensando en que dejen de existir las creencias y la fe, al contrario, sabemos que las personas necesitan creer en algo o en alguien y está perfecto que cada uno crea en lo que quiera, ¿pero lo demás?
Como el reverendo Alegría le dice a Flanders: “no probaste en cambiar de religión? Son más o menos todas lo mismo…” Y sí, en todas las religiones (bueno, con algunas excepciones), palabras más palabras menos, uno tiene que tratar de ser buena persona, tiene que ayudar al prójimo, tiene que aprender a vivir en sociedad, etcétera, etcétera. ¿Entonces?
¿Para qué buscar siempre una manera de diferenciarse? ¿Alguna vez se pusieron a pensar en qué sentido tienen los ritos o rituales que cada uno hace en su religión? No porque esté mal hacerlos, cada uno debería poder hacerlos tranquilo, el problema es que muchos de ellos no se aggiornan a los tiempos que vivimos y sólo son para diferenciarnos de otros, siempre para dividir.
Mientras me resguardaba del sol en los alrededores del templo dorado miraba a todos los sijs, con sus turbantes de colores, caminar y realizar sus ritos. Miraba a los nenes de 9 o 10 años, ya con el pelo largo y recogido con una tela negra y me acordaba de la canción de Serrat: “Cargan con nuestros dioses…” y me preguntaba cuánto entiende ese nene sobre lo que está haciendo… ¿qué cree que significa besar el piso del templo o dejar dinero en el lugar donde descansa el libro sagrado? Ese nene ya creció con la idea de que los musulmanes son sus enemigos porque “le quitaron” parte de “su territorio” (cuando lo que hoy es Pakistán pertenecía a la India británica) y creció con la idea de que la única verdad es su religión y su dios y las enseñanzas de su gurú…
¿Algún día alguien le dará la libertad de elegir en qué quiere creer y tener fe sin necesidad de seguir ninguna religión? (pongo el ejemplo de los sijs porque es sobre lo que estamos escribiendo, pero en todas las religiones pasa lo mismo).
Otra vez… no queremos ofender a nadie con esta reflexión… simplemente es que al final de esta parte del viaje el tema de cómo se utilizan las religiones y la fe de las personas y todo lo que se hace en nombre de las religiones nos es cada vez más difícil de comprender…
Payasada fronteriza
El estado del Punjab, donde se encuentra la ciudad de Amritsar, se ubica en una parte de la frontera entre India y Pakistán. Todas las tardes, un rato antes de la puesta del sol, se realiza una ceremonia que para algunos es cómica y para nosotros resultó patética…
Justo en la línea limítrofe entre los puestos fronterizos, se colocaron unas gradas donde todas las tardes cientos de indios y de pakistaníes (también de curiosos) presencian la “ceremonia” que realizan los soldados de ambas partes.
Nosotros estábamos del lado indio. Después de un “serio” control de nuestras pertenencias, nos sentamos en las gradas y vimos cómo el fervor nacionalista se apoderaba de los hombres y mujeres, chicos y viejos que habían acudido a ver el espectáculo con banderas y binchas con los colores naranja, verde y blanco. Luego de ver cómo varias personas iban y venían flameando la bandera india y de escuchar un rato de música pop india y mientras varias chicas demostraban su perfecto conocimiento de la canción de moda comenzó la payasada.
Mientras, los soldados se preparan para entrar en escena. Uno de ellos hace un sonido interminable, como si estuviera gritando un gol, y los demás, en grupos de dos, marchan hacia el límite exagerando todos pasos. Cuando llegan, se abren las puertas, los soldados de ambos países (Pakistán e India) se saludan y se bajan las banderas.
La gente gritaba con todas sus fuerzas, compitiendo para ver de qué país se gritaba más fuerte. Nosotros no entendíamos lo que decían esos gritos, pero no sonaban a cosas muy amistosas. Preguntamos y nos dijeron que gritan algo así como: “Un día seremos la madre patria” y «Viva el Indostán».
Más allá del gesto de bajar las dos banderas al mismo tiempo y cruzadas, lo que pudimos sacar como conclusión de esta experiencia fue que todas estas cosas para lo único que sirven es para exaltar un sentimiento nacionalista que, dadas las no tan buenas relaciones que hay entre los dos países en la actualidad, no puede generar nada bueno, sino todo lo contrario….
El ser humano se empeña en dividir a la humanidad en vez de unirla… las fronteras, las religiones, las etnias…
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