Cosas que voy a extrañar de Mina Gerais
Mina Gerais es para mis papás el lugar donde empezó su proyecto de magia solidaria, por eso estaban tan entusiasmados con volver conmigo. Querían presentarme a la hermosa familia que tan bien los había recibido hacía ya varios años.
Estaban tan entusiasmados con la vuelta que me trasmitieron el entusiasmo a mí. Y no exageraron nada. La familia de Luis me recibió con tanto tanto cariño, que yo no quería irme.
Ayer nos pusimos con mi mamá a ver fotos de ese viaje y no podíamos creer todo lo que ellos habían hecho, otra vez, por nosotros. Por eso, aunque ya pasó un tiempo del viaje, me puse a recordar eso y a extrañar.
Y lo que más voy a extrañar es:
– MANEJAR
Yo siempre pido si me dejan manejar y nunca, nadie, me deja. Pero en la finca que visitamos fue diferente, porque me dejaron! Y no solo manejé un auto, sino que también lo hice con un tractor, un camión y hasta una carretilla. Lo que más me gustó fue el tractor porque dimos una gran vuelta.
¡No me quería bajar!
– JUGAR CON LUIS (a tirar semillas y otras cosas)
Desde que lo vi a Luis me cayó muy bien. Yo soy muy simpático y sociable, pero no soy de dar muchos besos (salvo a mi mamá y a mi papá, claro), pero con Luis sentí un cariño especial desde el primer momento. Entre todo, lo que más voy a extrañar es tirar semillas de mandarina desde el balcón de la terraza de su casa. Él comía las mandarinas y yo tiraba las semillas.
También voy a extrañar caminar con Luis cerca de los frutales y que me vaya explicando qué era lo que estábamos viendo (o arrancando) en cada árbol.
Y claro que también me gustó jugar con él al fútbol, a la carreta y hasta a armar un súper rompecabezas del mundo.
– A ANDREA
Andrea es como la mamá o la abuela de todos. Desde que llegamos se preocupó todo el tiempo por nuestro bienestar. Y, sobre todo, por el mío. El día que nos conocimos ya nos pusimos a jugar a la pelota y me regaló un hermoso sombrero típico de la zona. Después, me recibió con los autitos de cuando Luis era chiquito, me regaló un almohadón con tela de animalitos que todavía tengo en mi habitación, me preparaba formas especiales con la comida para que yo me divirtiera, me consiguió un pizarrón, me llevó a la plaza y hasta me enseñó a plantar!
¡Una genia!
– LA COMIDA
Bueno, en realidad, la comida la extrañan mis papás porque yo no probé mucho (Andrea siempre me hacía algo especial para mí), pero sí voy a extrañar los riquísimos jugos y la gran ceremonia de la comida para la familia. Todos cocinan con mucho amor y durante mucho tiempo para que la mesa siempre sea variada y rica. Nos invitaron a comer todos los familiares y en todas las casas pasaba lo mismo: mesa larga, muchos comensales y muchas opciones de comida para degustar.
– LA TERRAZA
La casa de Andrea y Paulo es una belleza. No solo arquitectónicamente y por cómo está decorada (tienen muy buen gusto), sino porque ellos la pensaron para que sea sustentable y, así, contribuir un poquito al cuidado del ambiente: reutilizan el agua de lluvia para las descargas del inodoro, hacen compost con la basura, tienen energía solar y un montón de otros detalles que estan buenísimos. Pero lo más lindo de la casa, lo que tanto a mí como a mi mamá y a mí papá nos encanta y enamora es la terraza. Allí, los recibieron a mis papás en 2010 con un suculento desayuno. Allí, nos recibieron de la misma manera en esta segunda oportunidad. Ahí donde se tienen las mejores vistas del campo, pero bajo la sombra y la suave brisa del viento. Ahí es donde jugamos un montón. En esa terraza tenemos una partecita de nuestro corazón.
¡GRACIAS ENORME Y SINCERAS!
A Andrea y a Paulo por abrirnos las puertas de su casa con tanto amor y ser los grandes inspiradores de nuestro proyecto social.
A Luis y a Daina por recibirnos en Belo Horizonte y abrirnos la puerta de su linda casa. Gracias por los paseos, las cenas y los regalos (¡los usamos un montón!). Siempre los recordamos. Y gracias por llevarnos a conocer el hermoso Parque Inhotim. ¡Me encantó!
Al resto de los familiares (son tantos que si los empezamos a nombrar seguro que nos olvidamos de alguno!) por recibirnos siempre tan bien (¡y con tantas cosas ricas!).
Gracias! Esto es parte de la Magia que tiene el Camino.
También de este viaje, por supuesto, voy a extrañar la MAGIA, pero por suerte eso lo sigo vivenciando en todos los viajes. Si quieren ver cómo fue para mi papá la vuelta a las escuelas rurales de Mina Gerais, no dejen de leer este post.
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