Puentes colgantes en Costa Rica: mi experiencia en Misticopark, Arenal

Los que ya me conocen desde que nací saben que soy más que inquieto, por eso, cuando mi papá y mi mamá me dijeron que hay un montón de puentes colgantes en Costa Rica me subió la emoción y la ansiedad. El lugar elegido para lo que lo que para mí era una gran aventura fue Mistico Park, a unos pocos kilómetros de La Fortuna-Arenal.

Hacía dos días que estábamos en La Fortuna y el Volcán Arenal se negaba a mostrarse en su máximo esplendor, pero fue justamente desde la entrada a Mistico Park donde mejor lo vimos. Yo estaba re contento con el volcán casi despejado.

Puentes colgantes en Costa Rica: experiencia en La Fortuna

Cuando llegamos al parque ya me gustó lo primero que nos dieron: un mapa ilustrado con los puentes colgantes en Costa Rica (bueno, en este parque). No sé si recuerdan pero yo, al igual que mi mamá y, creo, que todos los viajeros, soy fanático de los mapas. Así que yo estaba feliz con mi mapa, marcando con el dedo el posible recorrido e invitando a mi papá y a mi mamá a que se sumaran a mi camino guiado.

 

El Mistico Park es un parque que forma un corredor biológico que permite el flujo de especies que habitan entre la Cordillera Volcánica de Guanacaste y la Cordillera Volcánica de Tilarán. Por lo tanto, la cantidad de especies de aves que se pueden apreciar es muy grande. Nosotros no vimos muchas aves, porque la verdad es que íbamos más pendientes de los puentes y del camino que de los animales, pero vimos a varias personas muy compenetradas en su exploración con binoculares.
En un espacio de 260 hectáreas protegidas de bosque húmedo tropical se construyó un camino de 3100 metros en el que se atraviesan seis puentes colgantes. Yo iba con el mapa, donde estaban los puentes numerados y mi ansiedad hacía que apenas terminaba uno ya quería que aparezca el otro.

 

 

No los voy a engañar. En algunos momentos se movían bastante, sobre todo cuando había otras personas que también lo estaban cruzando, pero la adrenalina por cruzarlo eran más fuerte que el miedo. Una experiencia que les re contra recomiendo.

 

Antes de llegar al cuarto puente colgante hay un desvío del camino para conocer una pequeña cascada. Yo les insistí a papá y a mamá de que vayamos y así lo hicimos. Nos encantó. Papá quería sacarme una foto «especial» y, obviamente, no pudo. Entonces se decidió a tomarle fotos solo a la cascada.
Igual, ya me sacaron un montón re lindas, ¿o no?

 

Después de la recorrida que duró, como nos dijo el chico de la entrada, unas dos horas y media, terminamos la tarde en la confitería del parque. Yo me comí un riquísimo helado y detrás mío estaba el volcán casi como lo había visto al inicio del paseo.
Visitar los puentes colgantes en Costa Rica fue una de las tantas experiencias que siempre recordaré y por la que les agradezco a mis papás que hayan seguido viajando cuando yo llegué a este mundo. Si tienen hijos y no están muy convencidos de viajar con ellos, les aconsejo leer algunos de los links en todo para viajar en familia. Y después me cuentan.

 

Información práctica

• El parque está abierto de 7.30 de la mañana a 4.30 de la tarde.
• Solo se puede ingresar con zapatos cerrados. Si van con sandalias u otro tipo de calzado, van a tener que firmar una nota donde se hacen responsables por eso.

Consejo práctico: si cuando entran al parque, el cielo está despejado, no duden en esperar su turno en el lugar para tomar la fotografía del volcán, porque después pueden salir y encontrarse con todo el cielo gris y, claro, con el volcán tapado, como nos pasó a nosotros.