El «chip» viajero
Me bajo del subte (metro) de la línea B en Carlos Pellegrini. No sé para qué lado salir. Hace mucho tiempo que no me tomo el subte para ir al centro de la ciudad. Siempre trato de evitarlo, pero casi todos los trámites se hacen en el centro.
Elijo una de las escaleras posibles. Tengo tiempo, así que me da lo mismo. Salgo a la Avenida 9 de Julio. A medida que subo las escaleras y veo la luz me llama la atención el cartel que dice: Subte. Lo cambiaron. Ahora es un círculo amarillo. Antes era un cartel rojo.
En ese momento pienso: si estuviera saliendo del la estación del subte en alguna otra ciudad del mundo le sacaría una foto al cartel. Esa foto pasaría a formar parte, posiblemente, de mi proyecto El mundo en detalles. Pero no estoy viajando y estoy yendo al centro para hacer un trámite.
Termino de subir las escaleras. Pongo un pie en la vereda e, instintivamente, giro mi cabeza hacia la izquierda. Ahí aparece. En el mismo lugar de siempre, parado, quieto, como si estuviera de adorno, el obelisco. Ese símbolo que identifica a Buenos Aires aunque no sepamos muy bien por qué. Ese símbolo que, cuando era más chica y no había viajado, pensaba que era único e irrepetible (y que, justamente, por eso, identificaba a la ciudad). Si hubiera salido del subte en París y hubiera visto a lo lejos la torre Eiffel, seguramente me hubiera apurado a sacar alguna fotografía.
Apenas sentí esto me vino a la mente esta idea del «chip viajero» que uno se pone cuando está de visita en otro lugar. Si bien muchas veces en mi ciudad me gusta sentirme turista y camino por sus calles tratando de mirar con otros ojos y de disfrutar el andar de otra manera, no siempre lo logro. Ese día que me bajé del subte con la mente puesta en encontrar el camino más directo y menos poblado para llegar a la oficina que tenía que ir, no estaba con el chip activado. Sin embargo, me sorprendí a mí misma mirando el obelisco. Ese mismo día, me llamaron la atención los murales y pinturas de las estaciones del subte B. Estaban lindas. Habían cambiado. Me propuse volver otro día y fotografiarlas. En este post les muestro mi experiencia.
Esos minutos de reflexión «viajera» me hicieron pensar en lo lindo y lo importante que es poder ser turista en tu propia ciudad y tuve ganas de compartirlo con ustedes en estas breves palabras. ¿Alguna vez lo probaron? Creo que si todos camináramos y viajáramos por nuestras ciudades (sobre todo si son grandes) mirando todo con el «chip viajero», veríamos las cosas diferentes o, por lo menos, estaríamos pendientes de otras cosas y no nos sentiríamos tan abrumados por el ajetreo cotidiano de las grandes urbes.
Los invito a probarlo. No siempre es fácil. Muchas veces, la velocidad y las obligaciones nos lo impiden. Ese día, cuando salí del subte, iba con la cabeza en otra cosa y solo pensé en esta mini reflexión, pero no tomé ninguna fotografía. Pero muchas otras veces sí lo hice y algo de esos «viajes» es lo que tratamos de contar en Los Rincones de Buenos Aires.
Es una linda experiencia.
Los invitamos a ponerse el «chip viajero» en el lugar dónde estén. ¡Después nos cuentan!
A continuación les dejo algunos fotos de distintos lugares de la ciudad de Buenos Aires que tomé algunos días en los que sí se me activo ese chip viajeros que casi siempre llevo encendido, pero que a veces falla.
Palermo.
Alguna estación del subte.
Centro.
Villa Urquiza.
Belgrano.
La Boca.
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Edu Serrano
Hola Aldana,
El chip viajero… Qué difícil es mantenerlo cuando estás en casa, pero la verdad es que si lo activas, la vida es maravillosa. La curiosidad que despiertas por el lugar donde vives hace que cobres más consciencia del momento y descubras lugares y detalles que toda tu vida habían pasado desapercibidos, la sensación es magnífica 🙂
Un abrazo y gracias por este post!
Aldana Chiodi
Muchas gracias, Edu por tu comentario! Y me alegro que te haya gustado el post!
A veces es complicado, pero siempre es bueno tratar de activar ese chip! Saludos!
gonza
Muy buena reflexión! Me sentí identificado con algunas cosas pero yo, que vivo en la zona sur del Gran Buenos Aires y no frecuento mucho la ciudad, casi siempre que voy a la Capital me siento como si estuviera de viaje. Me encanta Buenos Aires (para visitarla). Sin embargo, en mi ciudad (Wilde… muy pequeña en comparación con la gran metrópolis) de vez en cuando también se me activa el chip viajero… se trata de ver las cosas con nuevos ojos, desde otro punto de vista, ése es el verdadero viaje!
Como decís vos: es lindo e importante sentirse turista en su propia ciudad.
Saludos! 🙂
Aldana Chiodi
Hola Gonza!
Claro!! Yo creo que hasta en los lugares donde menos nos imaginamos podemos ver las cosas de otra manera y que sean factibles de ser vistas como si estuviéramos viajando en ese lugar. Seguro que en Wilde hay muchos detalles para mirar!
Gracias por tus comentario! Besos!
guido
Mis ultimos meses en Bs As, antes de empezar mi viaje, me dediqué a recorrerla con ojos de turista y aprendí a valorarla arquitectonicamente y por la gente que hace que esa arquitectura y que nuestra ciudad tenga otro significado para mí ahora. También segui su recomendación rde tomar el tranvía de caballito y me encantó. Un beso grande chicos
Aldana Chiodi
Qué bueno, Guido, que hiciste eso! Y que tomaste el tranvía!
Un beso grande y gracias por tu comentario!
Daniela
¡Es cierto eso del chip!
Una vez me pasó que hablando con mi novio, él me dice algo sobre ‘el obelisco que está en tal plaza’ de acá de La Plata y yo ni idea de qué me hablaba… nací acá (vivo en las afueras de la ciudad, pero fui mil millones de veces al centro y esa zona de la que hablaba) y jamás había visto ese mini-obelisco !!! (es más, sigo sin tenerlo presente en mi memoria fotográfica). Pasé miles de veces para tomar el micro, está a media cuadra de la parada a la que solía ir… y jamás lo había visto. Le pregunté a mi novio si era nuevo, y me dijo que estaba, mínimo, desde que él había venido a vivir acá… o sea… no sé, jajaja
No sé si es por no tener el chip viajero o porque vivo en una nube 😛
Voy a tratar de usar más seguido el chip XD
Un beso 🙂
PD: ya tengo su libro, pero todavía no pude empezar a leerlo u.u
Aldana Chiodi
Hola Daniela!
jajaja me hiciste reír con lo del chip o lo de la nube! Puede ser las dos cosas… jaja
Lo que te pasó es algo «normal» que nos pasa a todos con lo que nos resulta cotidiano. Por ejemplo, si vos ponés en tu heladera un cartle con una frase que te recuerde algo, la vas a ver y a leer las primeras veces y después no la vas a leer más… Pasa con los monumentos, para con casi todo. Por eso, está bueno de vez en cuando ponerse ese chip y «mirar» esas cosas.
Qué bueno que tengas el libro! Después contanos!!