Sonría… lo estamos filmando: Singapur
Cuando uno llega a Singapur luego de haber visitado alguna otra gran ciudad asiática, en principio no nota ninguna diferencia. Esto es sólo al principio y, si uno tiene la suerte de recorrerla con un singapurense, las diferencias aparecen muy rápidamente. Una que llama la atención al instante es la cantidad de cámaras de video que graban absolutamente todo lo que se mueve dentro del país. El control sobre la vida en este país es muy alto.
Cuando estuvimos en el sur de Vietnam conocimos a Benjin, un chico de Singapur de 23 años con el que pasamos muy lindos momentos en su ciudad natal.
Benjin es de descendencia china como más del 75% de los habitantes del país; el resto son descendientes de malayos (más del 13,5%) e indios (más del 7,5%)/ Además, existe cada vez un mayor porcentaje de expatriados laborales, sobre todo occidentales. De la mano de Benji fuimos preguntando y descubriendo lo que hace que Singapur sea la ciudad más limpia del mundo y donde cuya organización no es casualidad.
Singapur es una isla-país-ciudad donde viven aproximadamente 5 millones de personas. El nivel de vida es alto y los precios también. Es uno de esos países que tienen prácticamente todo resuelto, por ende, se pueden dedicar a pensar y resolver lo importante y no lo urgente.
Programa New Water
Es un país sin recursos naturales ni tierra donde sembrar. Una de las mayores preocupaciones de su gobierno es la falta de agua potable, pero no dentro de 10 ó 15 años, sino desde que existe el país. Para solucionar esto, tienen 1 programa de procesamiento y administración del recurso.
Para asegurarse que dicho programa tan vital para el país no sufra ningún tipo de contratiempo, se capacita a los soldados durante el servicio militar que, dicho sea de paso, dura 2 años, para que puedan hacerse cargo de mantenerlo en funcionamiento si hiciera falta.
El gobierno singapurense creó una organización llamada “New Water” donde se concentra todo el proceso y administración del programa. “New water” se abastece de 4 fuentes: agua de lluvia, reutilización del agua ya utilizada, importación de agua desde Malasia y, el más increíble, desalinización de agua de mar.
Hemos recorrido la planta en una visita muy didáctica e interesante donde te explican todos los procesos y al final te regalan una botellita de agua. Sabe perfectamente normal aunque mejor no pensar par que se utilizó antes de que nosotros la bebiéramos. Hoy Singapur tiene 17 reservas de agua potable disponible para el consumo humano proveniente de “New Water”. Todo un ejemplo de trabajo a conciencia más allá del gobierno de turno.
Gobierno en Singapur
Respecto al gobierno, sus funcionarios son de los mejores pagos del mundo. De esta forma se aseguran que no tengan motivos para ser corruptos. A nosotros nos parece al menos extraño. Si pagan mucho para que no sean corruptos, en esencia, es una corrupción blanqueada ya que el motivo de los altos salarios no es por su excelente labor o capacidad de gestión, sino para que no se tienten con “negocios non santos”.
Existe en este país una organización gubernamental que vela por los intereses del país. Se llama PAP (People Action Party). Ellos les llaman Pay And Pay (pagar y pagar), ya que para todo hay que pagar y mucho. Por eso, vivir en Singapur requiere mucho dinero. El tema de los automóviles es un buen ejemplo de esto. Singapur tiene definido un máximo de autos que pueden circular por sus calles y autopistas. Para poder comprar un auto es necesario pagar previamente un permiso.
Dicho “certificado de derecho” (COE) se obtiene por licitación cada 2 semanas, dura 10 años y es único por vehículo. Si se vende el vehículo, también se vende el permiso, que es válido por el lapso de tiempo que le quede vigente.
El valor del permiso actualmente ronda el módico precio de SD59300 (59300 dólares singapurenses) algo así como U$S44500 para automóviles de más de 1600cc y U$S31000 para autos de menor cilindrada. El valor lo fijan según si el parque automotor circulante está cerca o lejos de la cota máxima establecida de vehículos en el país. Por otro lado, no pueden circular autos de más de 10 años salvo algunos casos particulares.
Los autos “viejos” se venden a otros países o van a destrucción. Si quieren seguir usando auto tendrán que comprar otro y, si además se les vence el permiso, el gasto no es menor. Más allá de la compra-venta de autos y de permisos, circular por Singapur tiene ciertas particularidades.
Electronic Road Pricing
Existe un sistema prepago de circulación que se llama ERP (Electronic Road Pricing) o como le dicen los sigapurenses: “Every Road Pay”. Cada auto tiene conectado un dispositivo que es detectado por unos arcos que atraviesan las calles. Según la zona por la que se circule, cuando pasás por alguno de esos arcos te cobran en el acto el valor indicado para esa zona. La zona del centro de negocios, por supuesto, es la más cara. No tener dinero pre-cargado en el aparatito no impide circular, pero cuando uno lo recarga la multa es de SD30, unos U$22,5.
Por supuesto, no se puede estacionar en ningún lado y para ello, hay que pagar también. Existe un sistema que interconecta la información de los estacionamientos. En la calle se pueden ver unos carteles electrónicos con la lista de estacionamientos de la zona y la cantidad de plazas disponibles en cada uno en cada momento. De esta manera se evitan retrasos innecesarios por andar buscando donde estacionar. Los estacionamientos pertenecen a los cientos de shoppings o de hoteles que hay en la ciudad (país). Si a todo esto le sumamos el combustible, es fácil entender porqué no se ven muchos autos en las calles.
Uno de los últimos centros comerciales que se construyeron. Existen muchísimos centros comerciales de distintos tamaños y categorías.
Las multas en Singapur
Otra curiosidad de este país es la cantidad de cosas que aplican para que te multen. La más curiosa es que no se puede vender chicle. Aparentemente se puede comer, pero si te pescan pegándolo bajo una mesa o tirándolo a la calle la multa te quita las ganas hasta de hacer globos. Por supuesto está prohibido comer y beber en los transportes públicos, arrojar basura a la calle o escupir. Cosa curiosa esta última, ya que los chinos que viven en China son una máquina de escupir y acá ni se les cruza por la cabeza. No hay nada que hacer, somos hijos del rigor.
Y nadie les da de comer…
En muchos casos, los singapurenses hacen sus compras en Malasia donde los precios son entre 2 y 3 veces menores por el mismo producto. Sólo no pueden pasar por la aduana alimentos ya procesados
La tecnología no es más barata que en los demás países del sudeste asiático excepto el “iPhone” que sale unos U$S200 menos que en el resto del mundo, o sea U$S 500 y acá lo tiene todo el mundo.
Durante nuestra visita a “New Water” coincidimos con unos chiquitos (8 ó 9 años) de un colegio y prácticamente todos tenían uno. Relacionado con la escuela les comentamos que en Singapur toda la población debe ser bilingüe, ya que tienen que aprender inglés y uno de los otros tres idiomas, dependiendo el origen de los padres (chino, tamil o malayo).
Como comenté recién, la tecnología en este país no es más barata que afuera, el tema es que el poder adquisitivo les permite acceder a cuanto artículo se venda sin mayores inconvenientes. Durante un café le preguntamos a Benjin si se imaginaba su vida sin su iPhone y después de 2 segundos dijo “no”. Así es Singapur.
Como otras ciudades de este lado del mundo, Singapur cuenta con su Chinatown y su Little India. Les dejamos algunas fotos.
Se metió en la foto…
Mucho rojo y adornos chinos en la ciudad porque se acerca el Año Nuevo Chino. Y como es el año del conejo, hasta los globos tienen forma de conejo!
En Singapur nos alojamos en la casa de Kuni, un chico japonés de couchsurfing que vive hace un tiempo en este país. La primera noche compartimos las colchonetas en el suelo con una pareja de Bielorusia y otra de Lituania. Además, Kuni preparó para todos una rica cena japonesa a base de pescado. Gracias por todo!
Vista desde la casa de Kuni.
La última noche nos despedimos de Benjin con un Satay (carne de vaca, pollo o cerdo en un «palito» a la parrilla. La diferencia en el sabor la genera las salsas con las que cubren la carne, riquísimas!)
Además probamos una especie de licuado con leche de rosas que es como tomarte un perfume! jaja
Les debemos el último post sobre nuestra visita a la ciudad de Melaka, en Malasia. En unas horas partimos a Sri Lanka!!! Ya pueden ver la galería de fotos de Singapur en la solapa “Fotos”. Saludos para todos!
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