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En los viajes del siglo XXI, una de las cuestiones que se suma a la lista que suelen preparar los viajeros, ya sea mentalmente o en papel, es el tema de la conectividad a internet. Algunos porque trabajan mientras viajan, otros porque necesitan la imperiosa necesidad de estar siempre conectados  y, otros, porque simplemente les gusta compartir sus experiencias en las redes sociales. Sea el motivo que sea, la presencia o no de internet en un determinado lugar influye cada vez más en varios aspectos de los viajes. En África, la conectividad no es tan buena como en otros lugares del mundo, pero en varios lugares existe alguna una posibilidad de conectarse. En esta pequeña guía les contamos nuestra experiencia en los cuatro países que visitamos y les dejamos algunos consejos. Ojalá les sean útiles.

 12-19

  Todos tenemos un niño dentro, los magos tenemos 2 y de safari… ya somos 3... Algunos párrafos sueltos sobre mis experiencias: El olor del combustible Los elefantes nos ven como una sola cosa, como una unidad. Eso nos dijo el guía del safari antes de salir. El olor a combustible del vehículo impedirá que nos puedan oler. Menos mal, porque los elefantes africanos son extremadamente agresivos. De bajarnos del auto, a la distancia que estuvimos de ellos, no teníamos chance de sobrevivir. Una tarde pasó uno tan cerca de nuestra carpa, en Linyanti, que pensé que nos iba a oler y se iba a enloquecer. Por suerte decidió seguir su paso hacia la copa de un árbol para comer. Son enormes. Los machos andan solos y las hembras con las crías. Al año, los elefantes machos abandonan la organización matriarcal y comienzan su vida adulta. El Parque Nacional Chobe es un lugar ideal para disfrutar de estos animales. Hay montones de ellos y destruyen todo a su paso. La escenografía del parque lo demuestra con miles de árboles derrumbados. Sus excrementos, del tamaño de una cabeza humana, completan la escena. Los hay por doquier. Es un espectáculo increíble verlos caminar solos o de a muchos, grandes o pequeños. Si nos acercábamos demasiado con el todo terreno se ponían nerviosos, agitaban la cabeza, levantaban la trompa para olernos y hacían ruido. Cuando daban dos pasos hacia nosotros, me sentía completamente vulnerable. Su poder es inmenso, bestial. Podían dar vuelta al 4x4 como yo doy vuelta una hoja de papel. Si estaban sobre el camino, siempre esperábamos que se muevan. ¿Qué sentí? Respeto, o si lo prefieren, cagaso. Qué belleza. ¡Al fin y al cabo siempre le buscan la 5ta pata al elefante!

 

  Mientras de día prevalece el silencio, la noche le da paso al sonido: ramas que se rompen, pisadas, “voces” de animales, movimiento del agua. Nosotros, dentro de la carpa, tratamos de conciliar el sueño pero es difícil. Nuestras cabezas no pueden dejar de imaginar qué es lo que está pasando allá afuera. Lo sabremos al otro día cuando al salir de la carpa nos sorprendan estas huellas en la arena.

  Nunca pensé que iba a escribir esto. Los que más me conocen o hace tiempo que leen el blog saben que el fanático de los animales es Dino. Yo siempre traté de huirles. Pero el último 24 de septiembre algo cambió. Fue la primera vez que participé en un safari. Fue en África (tenía que ser en África), más precisamente en el Parque Nacional Chobe, en el norte de Botswana, en los campamentos de Savuti y Linyanti, a donde llegamos gracias a skl group of camps. Fue emocionante. Nunca pensé que podía sentir lo que sentí al ver a la naturaleza “trabajando” en su estado más puro. Mientras, nosotros éramos simples y privilegiados observadores.

  El éxito o el fracaso de un safari depende mucho de la suerte. No digo en un cien por ciento, porque también influye la habilidad del guía para leer las huellas y señales que van marcando los animales en su búsqueda de comida o en sus traslados. En nuestro primer día de safari en Savuti se combinaron las dos cosas de la mejor manera posible: nuestro guía Josiah agudizó sus sentidos y la suerte estuvo de nuestro lado.

  Gaborone nos gustó y nos sorprendió. No sé bien por qué. Creo que porque nos imaginábamos algo totalmente diferente. Bueno, en realidad no sé qué me imaginaba de la capital de Botswana, pero me sorprendió. Imagínense una ciudad en una zona árida. Luego, piensen en que casi todas sus veredas tienen arena o tierra. Pero que a la vez hay muchas avenidas (algunas parecen rutas). Piensen que además del "centro" propiamente dicho, donde se encuentran las oficinas y administraciones gubernamentales, hay muchos otros centros. ¿Pero saben quién es el "centro" de esos centros? Un shopping mall. Así es. La ciudad parece organizarse alrededor de cada shopping. Hay muchos. Cerca de ellos se encuentran los complejos habitacionales. Algunos son de mayor categoría que otros, pero siempre están cerca de un shopping. Así podría describir cómo se estructura la ciudad. Pero también tiene otras cosas. Uno de los shoppings.