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¿Qué es couchsurfing? Cómo funciona y cómo lo usamos nosotros (con anécdotas incluidas)

Si hace mucho que nos leen, habrán visto la palabra couchsurfing muchas veces. Es más, es una de las categorías que más entradas tiene. Además, es una de las cuestiones sobre las que recibimos más preguntas y comentarios. Así que decidimos que es una buena idea escribir sobre esta red de viajeros.
Para nosotros, viajar a través de esta red fue una de las mejores decisiones que pudimos haber tomado en nuestro viaje. No sólo porque recibimos mucho más de todo lo que habíamos dado en nuestro hogar cuando fuimos anfitriones de otros viajeros, sino porque nos permitió cumplir con uno de nuestros lemas del viaje: «Conocer el mundo a través de su gente».

Couchsurfing te permite conocer el mundo a través de su gente porque, más allá de dormir gratis, podés compartir el día a día con gente local. Por eso, uno de nuestros consejos es tratar de conseguir siempre que los anfitriones sean locales, aunque muchas veces es difícil porque en ciertos países, casi todos los que están en esta red  son expatriados.

¿Qué es couchsurfing?

Como dije anteriormente es, básicamente, una red de viajeros. Aunque en los últimos años haya cambiado un poco el perfil y se parezca más a una red social (sobre todo desde un tiempo que incorporaron la promoción de eventos), no deja de mantener su espíritu original: una red de ayuda al viajero. La idea básica es prestar tu sofá para que otro pueda dormir. El nombre couchsurfing vendría a significar algo así como: «buscando un sofá» o «surfeando un sofá». No hay dinero de por medio, es totalmente gratuito, ya que el espíritu es el de ayudar al viajero y facilitarle un lugar donde pasar la noche.
Hasta hace muy poco no había publicidad en la página, pero ahora sí la hay.
De a poco, muchas personas se fueron sumando a esta red solo para «zafar» alguna noche y se crearon perfiles que después no siguieron usando o nunca actualizaron. Esto hizo que haya millones de suscriptos, pero que no todos sean activos. Por eso, a veces se hace difícil conseguir un lugar.
El sofá es simbólico, ya que no solo es un sofá lo que podés ofrecer, sino que también puede ser una cama, un colchón en el piso o una «hamaca paraguaya».

 


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¿Cómo funciona couchsurfing?

Primero hay que registrarse en la página (www.couchsurfing.org) y completar el perfil. Es muy importante que tu perfil esté completo porque es tu presentación ante la comunidad viajera. Todos los que quieran pedirte alojamiento y todos los que tengan que responderte un pedido de alojamiento, mirarán tu perfil y podrán basar la decisión de aceptarte o no en la información que allí lean. La red se basa en la honestidad de las personas, por lo tanto se supone que toda la información que cada viajero coloque en su perfil es verdadera.
En el perfil tiene varias partes:

– Información general: para completar con tu edad, género, ocupación y sitio web (si tenés). Además, tiene los datos sobre el porcentaje de respuestas que diste a los pedidos de alojamiento. Esto es importante para cuando buscás un sofá, porque si le pedís a una persona que tiene solo el 40% de las peticiones respondias, puede ser que así como no respondió las otras, tampoco responda la tuya. Responder una petición no quiere decir aceptarla. Quiere decir que respondiste al pedido, ya sea con un sí o con un no.

– Información sobre el sofá (My Home): esta parte del perfil es muy importante porque tenés que dar información sobre las condiciones de tu sofá (léase casa, cama, habitación, etcétera). Por lo tanto, debe estar muy completo. Entre los datos, es importante poner qué condiciones ofrecés (si es un sofá, una cama, si es habitación privada, si van a dormir en el living, si hay privacidad o no, etcétera), en qué barrio de la ciudad estás y cerca de qué lugares turísticos, cómo es la movilidad y la conexión del lugar dónde vivís, qué días preferís alojar y por cuánto tiempo, etcétera. Cuanto más completa esté esta sección más información le brindas a los futuros couch y te evitás responder mil veces a las mismas preguntas.

– información sobre intereses y gustos: es bueno que esta parte esté completa porque así podés encontrarte con gente que tiene intereses en común con vos y así podrán compartir muchas más actividades durante la estadía.

– Fotos: es fundamental que haya fotos tuyas y de tus viajes y actividades. Es una manera de mostrarte y darte a conocer. Las fotos dicen mucho de cada uno de nosotros. Los perfiles sin fotos de las personas suelen ser los menos aceptados.

– Estado: en el perfil podemos colocar distintos signos que indican nuestra situación con respecto a la posibilidad de alojar o no. Hasta hace un tiempo, el sillón indicaba que estamos dispuestos a alojar; el sillón con un signo de interrogación indicaba un «quizás»; el sillón con una taza de café señalbaa que no podemos alojar pero podemos ayudar o juntarnos a tomar algo y recorrer la ciudad, y el sillón con un avión indicaba que estamos viajando. Ahora, estas opciones están señaladas con palabras. Es importante actualizar este estado así no recibimos solicitudes cuando ya sabemos que no podemos.

– Otra información: también aparecen datos sobre los idiomas que sabés, los lugares donde viajaste y aquellos a los que querés ir.

Con la familia de Lisa, estadounidense, y Binh, vietnamita, quienes nos alojaron en su casa de Ho Chi Min (ex Saigón), en Vietnam.

hochimin

 

Una vez que el perfil está completo… empezamos a surfear!!

En la nueva homepage (o página de inicio) de tu perfil tenés la posibilidad de surfear.  En el recuadro de arriba te dice que podés encontrar y tenés que colocar la ciudad a la que querés ir para que te aparezca un listado de perfiles. Allí podrás buscar anfitriones y filtrar según tus intereses para que la búsqueda se ajuste más a lo que pretendés. Las posibilidades de filtrar aparecen a la izquierda de la lista de perfiles. Una vez que te aparezcan todos los posibles anfitriones, tenés que leer sus perfiles y decidirte por algunos para enviarles el pedido formal de couch.
El pedido debe estar dirigido a la persona (no hagas copy-paste) y debe ser lo más completo posible: presentate, contale por qué estás visitando su ciudad, por qué te gustaría alojarte con ella/él y cuáles son tus planes. Es una buena manera de comenzar una linda estadía.
En algunos países y ciudades será más fácil encontrar alojamiento que en otras, pero no te des por vencido e insití! Es bueno enviar varias solicitudes, ya que no siempre todos responden.

Si la persona te acepta, ahora existe un botón que dice «Confirmar». Se supone que si ya lo confirmaste debés cumplir con tu estadía. Si vas a suspenderlo, es de buena educación avisar con tiempo.

Hace poco se implementó un nuevo sistema. Al lado de la solapa «surfea» (o arriba, de acuerdo a la home page que te aparezca) hay otra que dice «hospeda». En esa solapa podés enterarte qué viajeros están buscando alojamiento en tu ciudad, mirar sus perfiles, y si sentís que podés ayudar a alguno, le ofrecés alojamiento.

También, en el nuevo sitio aparece un resumen de los eventos que se desarrollan en los lugares que estás o a los que vas a viajar, en las fechas en las que estarás en los mismos. De esta manera, podés enterarte de eventos viajeros, recitales, reuniones, ferias, etcétera que se desarrollarán allí cuando estés.

¿Siempre tengo que responder que sí?

No, no es obligatorio responder siempre que sí. Muchas veces pueden hacerte pedidos justo cuando no podés o durante un período más extenso de lo que estás dispuesto a alojar. También puede pasarte que, al leer el perfil de la persona que te pide alojamiento, haya algo que no te guste y prefieras decirle que no. Uno de nuestros principales consejos es: siempre hacele caso a tu instinto. Si hay algo que te dice que no está todo bien, tanto cuando pedís couch como cuando estás por aceptar a uno, hacele caso a ese «algo» que te habla.

Con Kevin y su hermana, en Manizales, Colombia. A Kevin lo conocimos en un couch de Estambul y nos ofreció su casa en Colombia. Imborrables recuerdos.

manizales

 

¿Cuáles son las responsabilidades del viajero (o couch) y del local (o host)?

Como en toda relación, las dos partes tienen derechos y obligaciones. En este caso, todo se base en el respeto mutuo. Cuando nos alojamos en la casa de alguien debemos respetar la integridad de ese lugar y los arreglos que hayamos pautado con quien nos recibe. Por ejemplo, si quedamos en que nos alojamos allí durante tres noches, no podemos quedarnos 10, salvo que las circunstancias lo permitan.
Las personas que nos alojan no tienen la obligación de darnos de comer ni de limpiar lo que nosotros ensuciamos, por lo tanto debemos colaborar con ellos en las tareas del hogar.
Siempre decimos que lo más importante es la adaptabilidad, es tratar de adaptarnos a las circunstancias de cada lugar y de cada persona o familia que nos recibe. Cada experiencia es diferente y lo más lindo es disfrutar de todas ellas. En algunos casos, el feeling entre las dos partes es muy bueno y los anfitriones te ofrecen cenar, te llevan a pasear, te presentan a su familia y amigos y los tres o cuatro días que permanecés con ellos pasás a formar parte de su familia. Pero en otros casos, por diferentes motivos, puede ser que la relación sea más «fría». Lo cual tampoco tiene nada de malo, siempre que todo se desarrolle en un mutuo respeto.

Una cuestión a tener en cuenta es el tiempo de permanencia que estaremos en cada ciudad, la ubicación del couch y el tipo de visita que queramos hacer. ¿Por qué digo estas tres cosas juntas? Porque si vamos a visitar una ciudad grande, como Buenos Aires o Bracelona, en la que hay muchas cosas para ver y hacer, y solo nos vamos a quedar tres noches y a alojar en la casa de un couch, puede pasar que esa casa no quede cerca de los lugares turísticos. Esto implica que tendremos que destinar más tiempo al traslado de un lugar a otro. Si a esto le sumamos que tuvimos buena onda con nuestro couch y desayunamos juntos, nos quedamos charlando hasta tarde o nos invita a pasar un rato con sus amigos, serán tiempos que no dedicaremos a conocer otros lugares de la ciudad. Por lo tanto, acá vuelve a predominar lo que nosotros queramos de cada viaje. Si vamos a Buenos Aires por tres noches y queremos conocer y caminar por la ciudad, a lo mejor es conveniente dejar el pedido de couch para la próxima visita o destinarle más días a la ciudad. Salvo, claro está, que el couch viva cerca del centro o que no haya tanto feeling como para pasar tiempo con él.
Siempre está la opción de conseguir algún hostel u hotel barato. Una opción es mirar en este tipo de webs que reúnen todas las opciones en cada ciudad.

Dino cantando en la casa de Okan, en Estambul.

estambul

 

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¿Es peligroso usar CouchSurfing?

Esta es una de las cuestiones que más nos preguntan. Y siempre respondemos lo mismo. Es seguro y creemos que cuanto mejor se use la red y se mantenga el espíritu viajero, más seguro será. Además, cada uno de los miembros es responsable de lo que escribe en el perfil propio y en el de los demás. Si somos sinceros, el sitio será cada vez más seguro.
Se supone que todos los que participan en la red entienden la idea de couchsurfing y hacen todo de manera desinteresada, sin dinero de por medio, simplemente por ayudar al viajero que está en tu ciudad. Existen varias cuestiones que el sitio ofrece y se relacionan con la seguridad. Una de ellas es el tema de las referencias. Por eso es importante ser sincero con lo que uno escribe en las referencias sobre las experiencias que tuvo con alguna persona de la red. Una vez que termina cada experiencia debemos dejar una referencia en el perfil de la persona que nos alojó. esa persona hará lo mismo en nuestro perfil. Las referencias son importantes al momento de buscar un couch porque nos permite saber qué opinan los demás sobre esa persona. Como últimamente, muchos dejan referencias solo por el hecho de haberse conocido en una reunión de couchsurfing, es bueno prestarle atención a las referencias que dejan los que se alojaron, recibieron en sus casas o viajaron con esa persona.
Antes existían los vouchers. Cuando uno siente que la persona que nos recibió o a la que recibimos es muy buen representante del espíritu de la red podemos vouchearlo, algo así como darle nuestro aval de confianza. Lamentablemente, muchas personas usaban los vouchers como si fuera una competencia para ver quién tenia más o hasta pedían que los vouchees, cosa que no se debía hacer, ya que debía salir de nosotros vouchear a una persona por lo bien que representa el espíritu de la red, y no porque nos lo pide. Por estos motivos, dejó de usarse, pero en algunos perfiles mas «viejos» se pueden ver.
También uno puede sólo “surfear” con perfiles verificados, esto quiere decir que la persona pagó una pequeña contribución a la red a través de su tarjeta de crédito y los administradores pudieron corroborar la dirección y nombre de esa persona.

La red es la manera ideal de conocer los lugares a través de su gente porque al dormir en la casa de una persona, pareja o familia de otro país te permite convivir con la cotidianeidad de ese hogar. En general, si hay buena relación entre los que reciben y los que son hospedados pasas a formar parte de su vida por unos días y llegás a participar de experiencias que nunca vivirías si vas a un hotel. Nosotros alojamos por más de un año a muchas parejas en Buenos Aires (casi todas fueron parejas porque, en general, uno cuando busca Couch y pide alojamiento lo hace a personas que según su perfil son afines a uno. Como nosotros somos una pareja casi todos los que nos piden son parejas) y con muchas de ellas seguimos siendo amigos y tenemos muy buenos recuerdos de momentos compartidos juntos. Lo mismo nos pasó cuando éramos nosotros los que pedíamos alojamiento, con muchas de las personas que nos alojaron todavía hoy seguimos conectados. La mejor manera de conocer amigos en el mundo!

Además, la red es siempre un lugar donde podés encontrar una mano para lo que sea. Desde un problema más grave, como si tenés la mala suerte de que te roben en una ciudad desconocida, hasta algo más sencillo como conseguir yerba mate.

Algunas anécdotas

Gracias a couchsurfing…

Dormimos en casas de familias indias y compartimos con ellos la tradición de comer en el piso y con la mano, participamos de una clase de español en Rusia; conocimos la «casa del pueblo» en lo de Kuni (Singapur), un chico japonés que aloja hasta 7 u 8 personas por día; Ana y Konstantine (Rusia) nos invitaron a ver un partido de hockey sobre hielo de su equipo favorito y nos hicieron hermosos regalos; Denis y Masha nos alojaron en Rusia y en Kuala Lumpur (Malasia), nos hicieron probar todas las comidas rusas que se puedan imaginar, armamos objetos para decorar su casa en las fiestas y nos prepararon una cena de fin de año inolvidable; Okan (Turquía) nos organizó un show de magia en el psiquiátrico donde él trabaja (¡nunca hubiéramos ido a un psiquiátrico!), nos hizo grabar una canción en castellano y nos la regaló con su arreglo musical de recuerdo; Alessandro (China) nos llevó a ver un partido de fútbol entre el equipo de Beijing y Shangai; Andrew (Sri Lanka) nos recibió en su casa vacía (literalmente vacía), pero no nos dejó dormir en la calle; Anna (Varsovia) nos invitó a su casa de fin de semana en una aldea polaca antigua; gracias a Alexandra (Ecuador) conseguí yerba mate en Quito; Ankit (India) compartió con nosotros la fiesta de Holi; Zuong y Ricardo (Vietnam) nos hicieron conocer Halong Bay de una manera diferente; los chicos de Holanda nos invitaron a un asado en la playa; Rebeca (Riga) nos invitó a una reunión con todos los agregados culturales de las embajadas en Riga… y así podría seguir con cientos de historias… pero prefiero que ustedes nos cuenten las suyas.

Todas nuestras experiencias en este link.

Buen viaje y a surfear!!!!


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