Un viaje: tres momentos
Hace un tiempo leí en algún lugar del espacio virtual que los viajes tienen tres momentos: el antes, el durante y el después. Y me quede pensando. «Estoy de acuerdo», me dije, «totalmente de acuerdo». En seguida comenzaron a llegar a mi cabeza miles de recuerdos y sensaciones de esos tres momentos, en cada uno de los viajes que había realizado. Es como que toda mi cabeza entró en un remolino de sensaciones y se frenó de golpe, en esos tres momentos. Entonces me puse a pensar en ellos…
Un lindo momento del durante…
El antes
Si bien el antes depende del tipo y la duración del viaje que vamos a realizar, tiene algunas cosas comunes a todos los casos. El antes de un viaje tiene, en general, una cuota de ansiedad altísima. Sobre todo si las personas involucradas ya son ansiosas por naturaleza.
Es el momento en que la imaginación vuela y aunque te quieras concentrar en otra cosa, la mente se dispara sola hacia tu destino. Quieras o no quieras. No la podés gobernar.
Es el momento de los planes, de la lectura de blogs de viajes, de guías, de la búsqueda de información.
Es el momento de las listas interminables con cosas para hacer, que en vez de achicarse se estira cada vez más.
Es el momento de las despedidas.
Es el momento de la alegría.
Es el momento de las preguntas (muchas dependen del destino y el tiempo de viaje).
Es el momento de la incertidumbre.
Es el momento de no mirar atrás.
El durante
Es el momento de disfrutar.
Es el momento de descubrir, de oler, de probar, de sentir.
Es el momento de la sorpresa y, también, del desengaño.
Es el momento de la improvisación.
Es el momento del cansancio.
Es el momento del contacto con el otro.
Es el momento de conocer nuevos amigos.
Es el momento de extrañar.
Es el momento de ser permeables. La mejor manera de disfrutar un viaje es abrir todos nuestros poros y dejarnos seducir e invadir por lo que el lugar, su gente y su cultura tienen para darnos.
Es el momento de mirar con otros ojos y de abandonar prejuicios. No siempre es fácil dejar de lado todo el bagaje con el que crecimos, sobre todo porque, según dicen, uno lleva su mundo a donde va. Pero creo que en los viajes es bueno tratar de entender la realidad desde el lugar en el que estamos parados en ese momento, con los ojos de la gente que vive esa realidad, con su mirada, con sus gestos. Creo que este es uno de los mayores desafíos de los viajes, sobre todo de aquellos que se realizan a lugares con culturas diferentes a las nuestras. Y es uno de nuestros próximos desafíos en África.
El después
Es el momento de la reflexión desde la distancia, que no es la misma reflexión del durante.
Es el momento de nuevos sueños.
Es el momento de la alegría por lo vivido.
Es el momento del recuerdo.
Es el momento, para algunos, de la depresión post viaje.
Es el momento de ordenar las fotos y los recuerdos.
Es el momento del reencuentro.
Un momento cualquiera del durante…
Pensándolo un poco, es igual que los sueños. Uno primero los sueña, desea que se cumplan, después los cumple y, finalmente, disfruta de haberlos cumplido y en seguida comienza a soñar cosas nuevas.
¿Cómo viven ustedes cada momento antes de un viaje?
Para nosotros, cada uno de estos momentos, con lo bueno y lo malo que puedan presentar, es igual de intenso y excitante. En el próximo post… el antes del viaje al sur de África…
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