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Medellín, mucho más que Pablo Escobar

Así como en Venezuela todos aquellos con los que nos cruzábamos (hasta en el supermercado o en la ruta) sentían la necesidad de explicarnos por qué estaban a favor o en contra de Chávez, en Colombia tuvimos esta sensación pero con el tema del narcotráfico. Todos los colombianos que conocimos nos hablaron del tema o nos preguntaron qué idea se tiene de su país en el extranjero, “porque Colombia es mucho más que el narcotráfico o la guerrilla”, nos aclaraban. Y Medellín no fue la excepción.

Si los colombianos en general están con esa “preocupación”, los paisas (oriundos de Antioquia, cuya capital es Medellín) tienen asociación libre con Pablo Escobar, el jefe del cartel de Medellín desde la década de 1970 hasta 1993, año en que lo mataron.
No queremos hacer un análisis de lo que fue para Colombia y para Medellín Pablo Escobar, ya que nos falta mucha información para ello. Sólo diremos que como todos estos personajes que aparecen en la historia, están quienes lo aman y quienes lo odian (con algunos grises también…).

En la ciudad de Medellín, Pablo Escobar hizo muchas cosas por la gente más pobre, por ejemplo, construyó casas, ofreció comida y dio trabajo (aunque no de los más tradicionales). Y, cuando las personas están desesperadas porque no tienen qué darles de comer a sus hijos, no importa quién los ayude. Por lo tanto, quien sea que lo haga, le van a estar eternamente agradecidos. Esto es lo que ocurrió más o menos en Medellín y en tantos otros lugares del mundo, como Brasil o Alemania. Cuando surge un individuo o grupo que ocupa los vacíos de poder que deja el Estado, se transforma en líder. Es sencillo: la gente necesita alimentarse, vestirse y tener un lugar dónde vivir. ¿Quién le proporciona eso? No importa. Lo que importa para ellos es que alguien se lo brinde.
Obviamente que otro gran porcentaje de la población de la ciudad y del país no estaba de acuerdo con sus prácticas para obtener el dinero, sus matanzas o sus luchas armadas indiscriminadas.
En su ciudad, Pablo Escobar se escondió durante los años de persecución hasta que lo encontraron y mataron en el tejado de una casa. Para encontrarlo utilizaron un sistema de triangulación de llamadas que hasta el momento no se había utilizado en Colombia.

Gardel y Botero

Pero Medellín es mucho más que Pablo Escobar. Es tango, Botero y la cultura paisa a flor de piel (sobre la misma les dejamos este link y les contamos un poco más en la próxima entrada).
El tango ocupa un lugar destacado en la ciudad. Existen muchas academias y espacios culturales donde lo bailan y lo enseñan. Además, siempre hay exposiciones relacionadas con el baile y en junio se lleva a cabo el festival de tango de Medellín. La imagen de Gardel es moneda corriente y siempre se recuerda su muerte el 24 de junio de 1935, ocurrida en el aeropuerto de la ciudad de Medellín, cuando el avión en el que viajaba Gardel chocó con otro avión que estaba detenido esperando su turno para salir.

Fernando Botero tiene expuestas 23 de sus esculturas en la Plaza Botero o Parque de las Esculturas. Allí, podemos apreciar algunas de sus obras, como Adán, Eva, La mujer sin cabeza, Pensamiento, etcétera.
El edificio «a rayas» que ven en las fotografía era la casa de gobierno y, en la actualidad, funciona como un espacio cultural. En frente de la plaza también se encuentra el Museo de Antioquia.

Además, de este parque, la ciudad cuenta con otros parques y espacios modernos donde las personas pueden recrearse y pasar buenos momentos. Entre ellos, el Parque de los Deseos, el Parque de los Pies Descalzos y el Parque Explora. Precisamente a este último nos invitó Johanna, nuestra amiga del Couch, y pasamos una linda tarde recorriendo las salas para niños, jugando como niños y observando el acuario.
Teníamos pensado hacer la presentación de Magia en el Camino – Proyecto Sur allí, pero por una cuestión de tiempos fue imposible. Pero ya tenemos el contacto para ver si se puede hacer en Bogotá.

Johanna quería que conozcamos la reconocida Universidad de Antioquia, la universidad estatal más antigua de Colombia, ya que abrió sus puertas en 1803. Pero casi no podemos entrar porque eso de “estatal” parece que a muchos gobiernos no les gusta…
Después de varios intentos y llamados logramos entrar. Al parecer, las cosas no están muy bien en el ámbito universitario por una reforma que quieren implementar. Otra más en la educación latinoamericana…
Hasta el año pasado uno podía entrar libremente a la universidad. Ahora, hay policías y agentes de seguridad en todas las puertas, te revisan desde el auto hasta la computadora y no dejan ingresar a nadie que no tenga una credencial. En las afueras de la universidad hay un grupo comando preparado para ingresar y entrar en acción apenas se produzca cualquier intento de manifestación por parte de los estudiantes o docentes.
¿Por qué los gobiernos latinoamericanos se empeñan en arruinar la educación? ¿Por qué ese afán por privatizar las universidades públicas? Según lo que nos estuvieron contando unos amigos, en Buenos Aires puede llegar a pasar algo parecido…. pero disfrazado de otra cosa. Tratemos de impedir desde nuestro lugar que estas cosas pasen… la educación libre de los pueblos es lo único que nos puede salvar de las injusticias y la opresión.

Más allá de este contratiempo inicial pudimos ingresar a la universidad y realmente nos sorprendió. Se la ve limpia, ordenada, con sala de computación moderna, centro de conferencias, farmacia y salón de primeros auxilios, espacio para los deportes, etcétera. No debería sorprendernos que una universidad sea así, pero en las que estudiamos nosotros están lejos de tener estas instalaciones…

También tiene un museo interno donde siempre hay muy buenas exposiciones y una biblioteca pública. Hasta hace unos meses, cualquier integrante de la sociedad podía ingresar al museo y utilizar los materiales de la biblioteca pública, porque para eso es pública, pero ahora no. Lo más contradictorio es que en el ingreso a la universidad hay un enorme cartel que dice:

“Aquí conviven hombres y mujeres que, con espíritu académico y cultural, dignifican lo público con libertad y respeto humano, fundamentos de una universidad que pertenece a la sociedad y que a ella se debe.”

Para despedirnos de la ciudad fuimos a comer unos perros calientes (panchos) repletos de ingredientes, además de la salchicha. Una foto dedicada a los jabulanis 1!

Ya estamos en Manizales, en la casa de la familia de Kevin (un chico colombiano que conocimos en Estambul). La familia nos recibió muy bien y nos trata como a dos hijos más. Muchas gracias por todo!
En Manizales retomamos nuestras presentaciones de Magia en el Camino – Proyecto Sur, así que estamos felices!!! Todo en la próxima entrada! Saludos!

 


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