Navarro: Juan Moreira, viejos almacenes e historias
Si hay algo que identifica a los viajes son las historias con las que uno se junta en el camino. Digo «se junta» porque creo que se produce como un encuentro especial. Las historias están ahí, transcurrieron o transcurren en un espacio y en un tiempo determinado, tienen sus personajes, sus introducciones, nudos y desenlaces y solo es necesario mirar un poco para encontrarlas. A veces alguien las cuenta. A veces alguien las lee o a veces, simplemente, encontramos indicios que nos hacen preguntar por ellas. Eso es lo que nos pasó en nuestra visita a la ciudad de Navarro, en la provincia de Buenos Aires, a 100 km de la capital argentina. Ese día, mientras llegábamos a Navarro, camino a Las Marianas, nos encontramos con la historia de Juan Moreira.
«Guapos eran los de antes».
Cuenta la leyenda, la historia, la película de Leonardo Favio y los personajes que nos encontramos en Navarro que Juan Moreira era una persona tranquila, un gaucho de las pampas, que no solía utilizar armas ni beber alcohol. Pero todo cambió cuando el dueño de una pulpería, a quien le prestó dinero, no se lo devolvió. Pero no solo eso. Sino que negó ante el alcalde de turno su deuda con Moreira. Por eso, el gaucho fue acusado de mentiroso y pasó 48 horas detenido. Esta situación le provocó una gran indignación y juró venganza: mataría al pulpero de 10 puñaladas, una por cada mil pesos que le debía. Pero la historia no termina ahí. Como en toda película tiene que haber una historia de amor. Y acá la hubo. Al parecer, el alcalde que lo condenó estaba enamorado de la reciente mujer de Moreira, por eso, lo de la detención fue un poco también por celos (o envidia). Además, otros cuentan que se sumó el hecho de que el día del casamiento se organizó una fiesta sin el permiso del alcalde, por lo que debió pagar una multa.
Cuando Moreira recuperó su libertad se batió a duelo de cuchillo con el pulpero y lo mató. Lo mismo hizo más tarde con el alcalde y algunos de sus acompañantes. A partir de ese momento, ya no era aquel gaucho tranquilo que solía pasar mucho tiempo en su casa y ocupándose de su asuntos: se transformó en un hombre de mala fama, hábil con las armas y que solía vencer a todos aquellos que lo enfrentaban para probar su habilidad. Hasta llegó a ser guardaespaldas de Alsina. Gran parte de la vida de este personaje transcurrió entre los partidos de La Matanza, Mercedes, Navarro y Lobos, por eso, desde los entes de turismo piensan en hacer la «Ruta de Juan Moreira».
En Navarro se encuentra una de las pulperías (o lo que queda de ella) a las que Moreira solía frecuentar. Allí, nos recibió Daniel, quien hoy se encarga de mantener esta especie de museo que solo se puede visitar los fines de semana, cuando él y su familia llegan al lugar. Se dice que fue la pulpería donde Moreira paró a tomar un trago de ginebra antes de matar a su último enemigo, ya que luego, el 30 de abril de 1874, el turno de la muerte le llegaría a él. No quedan muchas cosas originales de esa época, pero la buena voluntad que tiene Daniel para contarte la historia hace que valga la pena conocer el lugar.
La entrada a la ex pulpería.
El interior de la ex-pulpería.
Más allá de lo poco de original que queda, que se limita al mostrador y a la pared que lo rodea, Daniel se encarga de conservar y exhibir varios objetos antiguos de la zona. Dice que tiene muchos más y que con el tiempo los irá dando a conocer. Hace una muy buena labor y se nota que le apasiona lo que hace. Como me encantan las antigüedades e imaginar una historia a partir de cada objeto, sentí que era mi lugarcito en Navarro.
Daniel explicando las historias.
Algunos de los objetos que podemos encontrar.
En este hermoso equipo escuchamos un tango…
Pero me equivoqué, porque no iba a ser mi único lugar en la ciudad, sino que me esperaban más sorpresas. Para los amantes de las historias, las antigüedades y los recuerdos existen otros lugares en Navarro que pueden despertar su curiosidad. Uno de ellos es La Protegida, una esquina rosa que esconde en su interior cientos de objetos para ser observados mientras degustamos de una rica picada y una cerveza. Un verdadero museo en el centro de Navarro.
Pero todavía faltaba algo. Navarro tenía más para ofrecer. Había más historias esperando por nosotros. Solo había que llegar hasta el llamado Fortín San Lorenzo de Navarro, una réplica exacta del fortín original a partir del cual creció la ciudad. Ese fortín defensivo estaba emplazado en la llamada línea de frontera que separaba el territorio de la colonia del territorio en el que se encontraban los indios originarios. En la actualidad, se puede visitar su réplica a cambio de una colaboración a voluntad con lo que se mantiene el predio.
La réplica del fortín por fuera…
La réplica del fortín, por dentro…
Y para distraerse un poco de tanta historia y tanta antigüedad, es bueno terminar el día (o el fin de semana) en el camping que se encuentra alrededor de la laguna. Además, hay un complejo deportivo, un campo de golf y espacio para disfrutar de la bicicleta. Una buena opción para una escapada de fin de semana.
A lo que hay que agregarle una visita al Museo Ferroviario. Pueden ver de qué se trata este interesante paseo en este post amigo. No dejen de darle una mirada!
¿Cómo llegar a Navarro desde Buenos Aires?
En auto se llega:
– por la autopista a Cañuelas, ruta 205 hasta Lobos y ruta provincial 41.
– por acceso oeste hasta el km 64 (Luján), luego ruta 5 y ruta provincias 47.
– por Merlo, ruta 200.
También se puede llegar en tren desde Once.
Y existen buses y combis que salen desde Retiro.
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