Ubuntu: humanidad, amabilidad y hospitalidad
Cada vez me convenzo más: las personas y las experiencias hacen a los lugares. Nos pasó siempre. Nos sigue pasando. Desde el primer día que llegamos a África escuchamos y leímos la expresión “Ubuntu”. Aparece en algunas publicidades callejeras, en algunas propagandas televisivas y hasta en los sachets de leche y de una bebida a base de maíz muy común en Swaziland y otros países de la región. Varias personas en el camino nos explicaron qué quería decir esta expresión, pero no la vivenciamos hasta que llegamos a Mbabane, la capital de Swaziland.
La casa donde nos alojamos varios días estaba en este hermoso lugar…
Área de frontera entre Sudáfrica y Swaziland (los trámites son rápido y, apenas cruzás, podés comprar el chip para el teléfono, comida, bebida, frutas y sacar plata).
Mbabane
Los viajes tienen muchas cosas positivas. Una de ellas es el encuentro con las personas que nos cruzamos en el camino. Como casi todos saben, siempre que podemos utilizamos couchsurfing. Esta red tiene mucho de positivo y mucho de incertidumbre. Cuando alguien te acepta para dormir en su casa no sabés cómo será el feeling con esa persona ni cómo es el lugar donde vas a dormir, entre otros interrogantes.
En Mbabane nos recibió Annabel, una chica de Malawi que vive en esta ciudad y es clown. Forma parte de Clowns Without Borders (Payasos Sin Fronteras). Ese pequeño dato ya nos decía algo. No cualquiera dedica gran parte de su vida a arrancar sonrisas. Apenas nos conocimos hubo muy buena conexión. ¿Será porque nosotros queremos hacer lo mismo con la magia? Puede ser, porque no tardamos nada en combinar para hacer una presentación juntos en el hospital público de la ciudad.
Algunas fotos de la presentación en el hospital.
No solo Annabel nos recibió bien y nos hizo sentir como en casa, sino que la ciudad también nos demostró su “Ubuntu”. Posiblemente no sea un lugar “turístico”, pero enseguida nos conquistó. Ya en el camino desde Sudáfrica, en la caja de una camioneta, el paisaje dejó de ser estepa o sabana para convertirse en montañas verdes y valles ondulados.
El verde de la vegetación tiene el poder de cambiarme el humor. Llegar a un lugar donde predominan las montañas cubiertas por árboles me genera un hermoso placer. Y si a esto le agregamos que a lo largo del valle nuestros ojos se deleitaron con los jacarandás en flor, no podía ser un paisaje más lindo. Así que haber llegado a Swaziland, con ese hermoso paisaje, nos convenció de que habíamos hecho una buena elección.
Algunas imágenes mientras entrábamos al país (las fotos con los jacarandás se las debemos para otra entrada…).
Un día en la capital
Mbabane se encuentra a pocos kilómetros de la frontera con Sudáfrica. Una ciudad enclavada en el inicio del valle de Ezulweni, donde la vida transcurre como en toda ciudad capital. Mientras caminábamos por sus calles que suben y bajan observábamos que la vida es muy parecida en todas estas ciudades: la gente se dirige al centro durante el día para trabajar, allí es donde se agrupan los edificios públicos, los mall, la estación de buses (que en este caso son minibuses o kombis) y las oficinas de las empresas.
Hay puestos callejeros y muchas personas que se dedican a la venta de crédito para los celulares. Hoy en día, en todas las ciudades del mundo, la mayoría de las personas tienen celular. En Swaziland, la presencia de la empresa MTN es casi monopolio, basta con ver su logo hasta en las bolsas de pan.
A eso de las 18, los murmullos aumentan en la estación de buses y los supermercados se llenan de gente, claro, es la hora en que salen de sus trabajos y van al supermercado para comprar lo que necesitan antes de llegar a su casa.
Terminal de buses (al igual que en Botswana y en varios países de la región son minibuses).
Algunas imágenes de la ciudad y su vida cotidiana.
El desarrollo llega de la mano de KFC (sino, no llega).
En Swaziland, al igual que en otros países de la región, el sida también es uno de los mayores problemas que quedan por resolver.
Todos nos mostraron su Ubuntu
Todos los que nos cruzamos en la ciudad: los vendedores ambulantes, los vendedores de crédito telefónico, los taxistas, las cajeras del supermercado, las enfermeras en el hospital, la señora que nos atendía en el restaurante donde almorzábamos (que nunca llegó a entender cuando le pedíamos mitad café y mitad leche), el chico que nos resolvió el problema con el celular, los amigos de Annabel, Matambo, los amigos de Matambo (que nos conocieron en la calle y en el instante nos invitaron a su casa, nos cocinaron y nos llevaron a la terminal), la gente de la oficina de turismo, todos, hicieron que entendamos un poco más a qué se refiere la palabra Ubuntu en África.
Esperamos seguir descubriendo el «Ubuntu africano».
Tratando de preparar masa casera para la tarta… a falta de palo para amasar….¡tuvimos que utilizar la imaginación!
Información práctica sobre Swaziland (que ampliaremos en la futura guía).
Swaziland es una Monarquía absoluta (pero la población elige a los ministros). Su nombre proviene de la tribu suazi, una etnia bantú.
El rey tiene muchas mujeres y, todos los años, elige una nueva entre todas las muchachas vírgenes del país. Justo encontramos esta noticia sobre el tema y algunos datos más, que pueden ver en este link.
La moneda es el Lilangeni (en plural, Emalangeni), pero en la vida cotidiana se utiliza el rand sudafricano, así que es indistinto pagar con una u otra moneda. Muchos cajeros automáticos te dan rands sudafricanos.
Los idiomas oficiales son el swazi y el inglés.
La población es de alrededor de un millón de habitantes y las principales ciudades son Mbabane (administrativa) y Manzini (industrial).
Los argentinos no necesitan visa para ingresar al país.
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