Curiosidades de Portugal: desde el gallo hasta el vino verde

Desde que llegamos a Portugal que casi todos los que nos reciben nos cuentan alguna leyenda, tradición o curiosidad del país. Desde sus símbolos, como el gallo, el pájaro y el fado, hasta tradiciones como la de la tela blanca con frases bordadas por las mujeres o la de la planta con mensajes, casi siempre de amor o motivacionales. Como nos encantan conocer estas tradiciones de los lugares que visitamos, queremos compartir las curiosidades de Portugal con ustedes en este post. Los invitamos a conocer un poquito más de Portugal.

El Gallo de Barcelos

Apenas lleguen a Portugal, ya sea por carretera, mar o aire, verán la figura de un gallo en una infinidad de objetos y lugares. Desde los más variados sourvenirs hasta grafitis en las paredes y nombres de restaurantes.
El famoso gallo que se transformó en un símbolo de Portugal se llama Gallo de Barcelos porque la leyenda que le dio vida proviene de Barcelos, una pequeña ciudad ubicada en el distrito de Braga, al norte del país, donde, según dicen, todavía se mantiene un aire medieval en sus ferias y fiestas. No conocía sobre este lugar, sino, seguramente hubiera armado el itinerario para visitarlo.
Según la leyenda, hace muchos años, la tranquilidad de la entonces aldea se vio interrumpida por un horrible crimen. A pesar de buscar al culpable no podían encontrarlo y el miedo crecía entre la población, que no estaba acostumbrada a esos hechos de violencia. Un día, llegó a la aldea un peregrino que iba a Santiago de Compostela y no dudaron en hacerlo culpable del crimen. Si bien el caminante insistía en su inocencia, nadie le creía y lo condenaron a morir en la horca. Como última voluntad le permitieron ver al juez, quien se encontraba con unos amigos comiendo un pollo (gallo) asado.
El acusado seguía pronunciando su inocencia y, mientras estaban colocando las cuerdas les dijo que si era inocente y lo colgaban, el gallo se levantaría y cantaría. El juez y las demás personas presentes se rieron y miraron con desprecio el plato donde estaba el pollo asado. Pero en el preciso momento en que el hombre iba a ser ahorcado, el gallo se levantó, abrió sus alas y cantó. Todos se asustaron y sorprendieron mucho y el juez, al darse cuenta de su error, corrió hacia la ahorca para salvar al peregrino. Al llegar al lugar se dio cuenta que el hombre no había muerto por un nudo mal hecho.
A los pocos años, el caminante volvió a la ciudad de Barcelos y ordenó construir una cruz en agradecimiento a Santiago. Desde ese momento, el gallo se convirtió en un símbolo de fe, de justicia y de buena suerte en Portugal.

 

Telas con frases de amor

Las telas blancas con frases y dibujos lineales en colores son otro recuerdo que muchos se llevan de Portugal. Cuenta la tradición oral que cuando los hombres del norte del país se iban a África o a Brasil, las mujeres bordaban frases de amor en un portugués antiguo. En la actualidad, esas frases «modernizadas» se estampan en las telas con las que se tapizan y preparan cientos de objetos.

 

Manjerico

Manjerico (se pronuncia manyerico, con la y asentuada como hablamos en gran parte de Argentina) es una planta que los romanos tenían asociada al amor y que si se la regalaban a una mujer era porque le estaban pidiendo matrimonio. En Portugal esta planta se asocia a las fiestas de Sao Joao y San Antonio. Durante esas fiestas, las calles, casas y comercios se decoran con plantas de manjerico. De los romanos se conserva la costumbre de regalarlas con un mensaje (que ahora no siempre es de amor). Una curiosidad es que no se pueden oler. Si lo haces, se marchitan. Por eso, hay que hacer como hace Tahiel en la primera foto: rozar la planta con la mano dándole como unos golpes muy suaves y oler su aroma en la mano.

 

 

Vino Verde 

Cuando viajen por el norte de Portugal seguramente les ofrecerán varias veces vino verde. Este vino es original de la región de Minho, en el noroeste del país. Muchos piensan que el vino verde es de color verde, pero no lo es. Se llama «verde» por la poca maduración de las uvas con que se fabrica, es decir que son uvas jóvenes, por eso pensamos que es un tema para sumar a las curiosidades de Portugal. El vino verde puede ser blanco o tinto, aunque la mayoría de las veces lo vimos blanco.
Desde 1984 el vino verde es denominación de origen.
Nosotros no lo habíamos probado hasta que recibimos una invitación de la bodega Aveleda para conocer su historia y probar el vino. Esta quinta se ubica a unos 30 km aproximadamente de Oporto, en la localidad de Penafield. Esta quinta empezó como muchas quintas de viñedos en el mundo, con el trabajo de muchos años de algún emprendedor. En este caso, fue Manuel Pedro Guedes, cuyos descendientes mantienen la producción en la actualidad. La mayoría de los vinos verdes de Aveleda se exportan, sobre todo a Brasil. Lo más lindo del paseo es el impresionante entorno natural donde se encuentran los viñedos y la casa (enorme) de la familia.

Es un paseo muy bonito, porque uno escucha la historia de la familia y del vino mientras camina sintiendo el olor y los sonidos de la naturaleza. Al final, como en casi todas las visitas a bodegas, hay una degustación de quesos y vino verde. Tahiel estaba feliz, porque es bien quesero, como nosotros. Hicimos la visita con Sara de Oporto Douro Moments 

 

 

Sardinas

Las sardinas son, junto con el bacalao, uno de los pescados que más se consume en el país. A diferencia del bacalao, las sardinas se pescan en las costas portuguesas y, por ahora, las hay a montones. Es muy común ver puestos callejeros de sardinas a la parrilla y es el plato principal para celebrar la importante fiesta de Sao Joao. Pero lo que más nos llamó la atención fue la presencia de locales exclusivos de sardinas enlatadas. Muchas marcas se especializan en la venta de sardinas enlatadas y hay todo un mundo de fanáticos de estas latas. Algunos solo coleccionan las latas por los diferentes motivos con las que vienen decoradas (algunos muy lindos y originales) mientras que otros coleccionan las latas llenas porque esperan que pasen algunos años antes de comerlas. Sí, al parecer, la sardina tarda en descomponerse y es mucho más sabrosa luego de la fecha que, según la lata, caduce. Algunos esperan hasta 20 años (o más) para comerla. Si quieren conocer más sobre este fanatismo pueden leer la experiencia de este periodista acá.
Como siempre digo, es increíble el «mundo» que hay detrás de cada objeto, actividad, arte o lo que sea. ¡Cuánto que nos queda por conocer!
Como se imaginarán, las sardinas también forman parte de los sourvenirs que pueden encontrar en Portugal.

 

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