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América

  Hay muchos personajes en el mundo que merecen plasmar su vida en un libro. Uno de ellos es Wilmer Peraza, ex guerrillero del partido revolucionario venezolano y el corazón de Guachirongo. De padre fotógrafo y madre artesana, Wilmer (junto con sus hermanos) decidió rescatar el patrimonio de la ciudad que se iba derrumbando poco a poco. Así, juntando rejas, puertas, ventanas, botellas, ruedas y otros objetos que pertenecieron a los habitantes de la ciudad durante otros siglos, fue construyendo, parte por parte, la casa cultural que hoy todos conocen como Guachirongo.

  Las lluvias nos siguen acompañando cada vez que decidimos salir a la ruta, pero por suerte siempre encontramos gente que nos ayuda en el camino. Salimos de la casa de Isolda temprano, nos tomamos dos buses hasta la bomba (estación de servicio) que nos habían indicado como el mejor lugar para salir desde Maracay hasta Barquisimeto. Pero cuando llegamos la bomba estaba cerrada… por lo tanto nadie iba a parar ahí. Preguntando nos dijeron que la mejor opción era ir hasta el peaje, pero llovía mucho… pero unos chicos que estaban en una cauchera (gomería) nos llevaron hasta el peaje.

  A las 6 de la mañana nos subimos a la camioneta Toyota Hilux de Raúl. Raúl es un argentino que abandonó Comodoro Rivadavia hace alrededor de 20 años (o más…) cuando la empresa petrolera en la que trabajaba se instaló también en Venezuela. Luego de unos años, él como muchos otros, abandonaron a sus patrones y decidió empezar su propio emprendimiento. Como a casi todos los argentinos en esa época, en Venezuela, le fue bien. Apenas nos subimos a la camioneta, el cielo comenzó a ponerse negro y a unos pocos kilómetros de la salida de Anaco empezó a llover… y no paró en todo el día. A pesar del mal tiempo, cientos de mujeres y hombres se paran al costado del camino con un termo y vasos de plástico para vender café. Las mochilas estaban en la parte trasera de la camioneta y, cuando ya estaban pasadas por agua, conseguimos unas bolsas de plástico para cubrirlas. Mejor tarde que nunca….

  Una ciudad sobre una enorme reserva de gas: eso es Anaco. El corazón gasífero de Venezuela. No sólo las oficinas de PDVSA gas están aquí, también tienen sede en Anaco gran cantidad de empresas privadas suplidoras de materiales y proveedoras de servicios para que PDVSA extraiga el gas de las entrañas de la Tierra. Al recorrer las rutas de los alrededores de Anaco, se observan enormes taladros a ambos lados del camino perforando agujeros de aproximadamente 5000 metros de profundidad. También se pueden ver gigantescas chimeneas venteando y quemando gas, eso sí, en las casas el gas llega en garrafas. Una típica contradicción latinoamericana… Algunas fotos de la ciudad.